La vida en carne y hueso: En defensa del INE y la Democracia

El INE ha enfrentando una descalificación constante de AMLO, e intentos recurrentes para lograr su control a través de iniciativas legislativas.

Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México.
Foto: Gobierno de México

Debemos tener presente que la importancia del INE trasciende la organización de las elecciones al tener  un papel fundamental en la estabilidad política y social del país, por lo que es indispensable que no cedamos ante los impulsos autoritarios que pugnan por la concentración total del poder en detrimento de la diversidad y el pluralismo que nos caracterizan como nación.

La construcción y arribo de la democracia en México demandó un importante esfuerzo colectivo de largo aliento para que por fin pudiéramos contar con elecciones libres, pacíficas, de mayor equidad, y por tanto, cada vez más competidas.

Probablemente mucha gente no recuerda, y desde luego a las nuevas generaciones no les tocó vivir aquellos tiempos del sistema de partido hegemónico, en que el gobierno tenía el monopolio de los procesos electorales y disponía de los recursos públicos para apoyar sin escrúpulo al partido oficial.

Salvo algunas honrosas excepciones como la de Baja California en 1989, después del cuestionado triunfo de Carlos Salinas de Gortari, en que se “cayó” el sistema, el partido en el poder siempre ganaba y la oposición era meramente testimonial.

No es casual que a partir de 1996 en que el entonces Instituto Federal Electoral (IFE) obtuvo autonomía plena, el escenario político empezó a modificarse sustancialmente, ejemplo de ello es que en tres de las últimas cuatro elecciones presidenciales el partido en el poder fue derrotado en las urnas dándose la alternancia PAN-PRI-Morena.

PUBLICIDAD

Otro dato es que entre 2015 y 2020, en que el IFE se transformó en el Instituto Nacional Electoral (INE), se registró un cambio de partido ganador en el 82% de las senadurías, 57% en las diputaciones y 63.8% en las gubernaturas, reflejando la pluralidad, la libertad del voto y las elecciones como mecanismo de rendición de cuentas.

No obstante, desde el inicio de esta administración ha sido evidente la animadversión gubernamental y el asedio permanente hacia los órganos autónomos, en particular hacia el INE, que ha enfrentando una descalificación constante e intentos recurrentes para lograr su control a través de iniciativas legislativas y presión política que busca debilitarlo mediante la asfixia presupuestal.

Conforme ha ido avanzando el proceso electoral de 2021, que representa un enorme reto por ser el más grande y complejo de la historia, en medio de una pandemia que aún no hemos superado y de un contexto de creciente polarización, han escalado los embates contra la autoridad electoral llegando a niveles preocupantes por la pretensión manifiesta del oficialismo de eliminar al INE.

Iniciar juicio político en contra de algunos consejeros que consideran incómodos e impulsar una reforma electoral motivada por el encono debido a la imposición de sanciones al incumplir flagrantemente con lo que establece la legislación electoral, y de la definición de criterios para garantizar el respeto a los límites de sobre representación establecido en la Constitución, y no del análisis objetivo y la búsqueda de consensos con el propósito de fortalecer nuestro sistema electoral.

Es momento de defender al INE porque sólo así podremos preservar nuestro sistema democrático.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

Tags

Lo Último