A tres años de la victoria de López Obrador las mentiras se acumulan y los fracasos abundan en una administración rebasada e incompetente ante los problemas de México.
Este gobierno se posiciona para ser el peor en la historia reciente de nuestro país y el más autoritario en nuestras vidas.
Traicionaron la confianza de la gente y ahora únicamente se dedican a degradar las instituciones que les permitieron triunfar en las urnas, lo peor es que no hacen más que perseguir el beneficio propio a costa del bienestar de todos los mexicanos.
En seguridad, la cifras son alarmantes, con más de 88 mil muertos por homicidios y diez feminicidios diarios, la situación nunca había estado peor. Además, por miedo o complicidad han retrocedido en el combate contra el narcotráfico, cediendo grandes extensiones del territorio nacional y abandonando a las personas que viven ahí.
Desde las elecciones se han registrado diez masacres, en las que el crimen organizado asesinó a civiles indefensos e inocentes. En economía, por supuesto, tampoco puede presumir un éxito, pues con el desplome en 8.5% de la economía nacional durante el 2020 y su inacción subsecuente, la recuperación es extremadamente lenta y una vez más, México se está quedando rezagado respecto al resto del mundo.
La crisis de salud no afectó solo a nuestro país ya que el mundo entero se vio perjudicado. No obstante, únicamente en México se permite absoluta negligencia en su manejo.
Actualmente, hay más de medio millón de muertos por coronavirus, pero morena insiste en proteger a López-Gatell que a pesar de no dar resultados ahora se dedica a hacer declaraciones para descalificar a los niños con cáncer llamándolos ‘golpistas’ mostrando así su absoluta indiferencia, inhumana y criminal ante su sufrimiento.
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En cuanto al combate a la corrupción, que fue una de sus más grandes promesas de campaña, la falta es aún peor, con robo y complicidad hasta de los más íntimos del presidente, empezando por su hermano Pío o su prima Felipa quienes han recibido dinero en efectivo y adquirido decenas de propiedades, el aumento desmedido de adjudicaciones directas, la rifa no rifa del avión presidencial de la cual los hospitales ‘ganadores’ siguen esperando el recurso que no saben en dónde está o quién lo tiene.
El presidente siempre afirmó que ‘primero los pobres’ pero lamentablemente el único interés que tenía era multiplicarlos, pues desde el inicio de su gobierno diez millones de mexicanos ahora sufren necesidades que antes no tenían.
Las decisiones del inquilino en Palacio Nacional afectan la vida diaria de los ciudadanos que ahora están abandonados y desamparados, obligados a salir adelante no solo sin el gobierno, sino ahora a pesar de este.
La mentira y el engaño se han convertido en el distintivo de esta administración, superada por la realidad, que insiste en atacar a los periodistas, en señalarlos desde el poder y en ocasiones intentar amedrentar o atosigar con el deseo de obtener su silencio.
El presidente ha demostrado ser enemigo acérrimo de la libertad y promotor de la desgracia nacional, lo que significa una amenaza clara para el bienestar de todos.
Con medio sexenio desperdiciado y tres años de retroceso es momento de comenzar a rectificar el camino, acabar con la polarización y recuperar todo lo que se ha perdido. Tres años después no hay nada que presumir, no hubo mejoría en el país, el retroceso es evidente y el presidente juega a ser presidente. Al tiempo…