El miedo al derrumbe

Es cierto que el ambiente afecta nuestra mente ylas experiencias vitales de cada individuo dan forma a esa estructura, dependiendo de la historia encarnada en cada persona, la respuesta que de a esa vivencia.

Las experiencias tempranas a través del vinculo con los primeros contactos, abren la posibilidad de integrar la psique y dar inicio a la formación e integración de una persona integrada.

Si estas vivencias fueron traumáticas darán origen a estructuras defensivas que sin ser conscientes, generarán malestar a lo largo de la vida y se expresarán a través del cuerpo de diferentes formas.

El “miedo al derrumbe” es un concepto acuñado por Donald Woods Winnicott, pediatra y psicoanalista infantil en los albores del siglo XX. Su obra fue original; centró sus estudios en la relación madre-lactante y la evolución del sujeto a partir de la fusión en la relación materna, hacia la integración, separación e independencia.

Todo recién nacido tiene una tendencia innata a desarrollarse como una persona total y creadora, pero para impulsarlo debe poseer un entorno nutricio inicial, como base. El amor, en esta etapa, se puede expresar en términos del cuidado materno a través del contacto corporal y la atención a sus necesidades.

En esta díada, surge la simbolización, proceso en el cual se traduce una experiencia “vivida” en el cuerpo, generando una representación y posteriormente con la llegada del lenguaje, se almacena y se transmite en la historia personal, así como en las relaciones familiares y sociales.

Un fallo significativo en el sostén primario, puede generar en el infante la sensación de una “caída infinita”, donde se gestiona una angustia que puede asociarse con vulnerabilidad, generando así un sentimiento de vacío. Para Winnicott “el miedo al derrumbe”, se expresa a través del cuerpo en diferentes síntomas y emociones difíciles de expresar verbalmente por haberse presentado en una etapa previa a la adquisición del lenguaje y con ello la incapacidad de “almacenarlo”, para poderlo descifrar.

Este sentimiento de desconexión mente-cuerpo, refleja la no integración del concepto de ser persona, capaz de englobar la totalidad de su ser. Por lo tanto las emociones que están afectando su vida de adulto, son un eco de algo que ya tuvo lugar, que ya ocurrió, hechos no representados en el inconsciente, que no vive en un tiempo lineal, trayéndolo al presente como si estuviera pasando ahora.

La no integración mente-cuerpo, incapacita a la persona para registrar la experiencia en la memoria explícita.

Un evento presentado en la vida adulta lo lleva a “realizar el derrumbe” antes que éste lo tome a él. Por lo que estará en muchas ocasiones de una manera inconsciente presentando sensaciones de amenaza y sintomatología somática, buscando la manera de evitarlo.

Es a través de la relación terapéutica como se puede restaurar e identificar el origen del mencionado “miedo al derrumbe”….

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