La vida en carne y hueso: Paridad

Para la alcaldesa Lía Limón y los alcaldes agredidos

«Si la mujer tiene derecho a subir al cadalso, también debe tener derecho a subir a la tribuna”, frase pronunciada en Francia en la mitad del siglo XVIII, por Olympe de Gouge, precursora y defensora de los derechos de las mujeres, y que fue retomada por la ministra en retiro Margarita Luna Ramos, luego de que el Tribunal del Poder Judicial de la Federación, aprobara una sentencia histórica en materia de paridad.

No ha sido fácil la paridad en México, prueba de ello es que 67 años después de que la mujer votó por primera vez en el país, la Cámara de Diputados estará integrada por 250 diputadas y 250 diputados.

Tuvieron que pasar 67 años para que la paridad de sillas sea un gran paso, aunque aún falta esa paridad en el ejercicio de poder. Basta con ver que no hay ninguna coordinadora parlamentaria en la Cámara de Diputados, pese a estar integrada por 250 mujeres.

Lo que demuestra que las brechas entre las afirmaciones y las realidades siguen persistiendo. Si bien es muy alentadora la paridad en el número de curules, no lo es en cuanto a las posiciones y ejercicio de poder.

Porque aunque públicamente hayan varones que se congratulan ante los avances, por debajo de la mesa patalean y negocian para cerrarle el paso a las mujeres.

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La paridad ha sido una lucha incansable en la que seguiremos trabajando, pues mientras escuchemos aberraciones y afirmaciones criminales como que el feminicidio es un acto de amor, como lo dijo el seudo académico de la UNAM, quedará demostrado lo lejos que estamos de una verdadera paridad.

No cabe duda que el voto de las y los ciudadanos el pasado 6 de junio, no solo permitieron un país más plural, sino también hicieron realidad la paridad, ahora veremos a más mujeres gobernar un estado y una Cámara de Diputados con equidad de género.

Si bien desde el Congreso impulsamos la paridad, la resonancia de ésta hizo posible que las consejeras y magistradas electorales hicieran suya la causa, la defendieran, y pasáramos del papel a los hechos.

Como defensora de la paridad, haría mal en no reconocer el respaldo y acompañamiento de aquellos varones que nos han apoyado para abrir brechas, romper pactos patriarcales y acabar poco a poco con el machismo, la misógina y la violencia política.

Me emocionan los avances, pero la paridad será más efectiva cuando en los puestos de mando hayan mujeres, cuando no tengamos que convencer a los hombres de nuestras capacidades, ni demostrar que las mujeres sabemos gobernar, negociar, dialogar y ejercer la política.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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