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Juan Carlos Baumgartner: “La industria no ha entendido el potencial del diseño para transformar la sociedad”

El destacado arquitecto mexicano fundador de Space habla de la importancia del diseño de interiores y de cómo éste puede influir en el estado de ánimo e, incluso, hasta curar enfermedades

Si hablamos de arquitectura las referencias más cercanas que nos llegan a la memoria son de grandes edificios, de obras monumentales y de estructuras famosas. Pero todo eso lo vemos desde afuera. ¿Qué hay del diseño interior? ¿Cómo es por dentro la Ópera de Sydney, el edificio Burj Khalifa o la pirámide de Guiza?

Probablemente no reconoceríamos ninguna de estas obras arquitectónicas al verlas desde el interior, porque su fama se ha forjado por el exterior. 

Y si hay alguien que se ha ocupado de los interiores en términos arquitectónicos, ese es el mexicano Juan Carlos Baumgartner, el premiado arquitecto que comenzó con su propio despacho en Chicago bajo el nombre de Space en 1999.

“Me empecé a dar cuenta de que el mundo estaba cambiando mucho y muy rápido y que la arquitectura no estaba entendiendo esto”, dice el arquitecto sentado en una silla en una sala de reuniones de sus oficinas en la Ciudad de México.

El sol invernal entra tenue por los amplios ventanales del despacho de Space en la colonia Progreso y Juan Carlos, de barba amplia y cuidada, peinado relamido, se dispone a expresar la esencia de lo que ha llevado a su empresa a un lugar privilegiado entre los interioristas de todo el mundo.

¿Dónde nace esta preocupación por los interiores y cómo afectan a las personas?

— La he traído desde siempre. Los psicólogos ambientales tienen muchísimo más conocimiento de cómo los espacios afectan a los individuos, más que cualquier arquitecto. En los últimos 15 años me comencé a meter mucho en temas de investigación, de neurociencia, por lo que hemos generado más conocimiento de cómo funciona nuestro cerebro y mi impresión es que ninguna empresa debería aproximarse a lo que hace de la misma manera en que lo hacían en el pasado.

¿Cuáles son los problemas más habituales que ves en los espacios en México?

— El primer problema que veo en la industria es que no han entendido el potencial que tiene el diseño para transformar una sociedad. Tienen que entender que su trascendencia va más allá de hacer cosas bonitas, estamos convencidos que dentro de poco vas a poder comenzar a curar gente con diseño, hay muchos estudios que demuestran que el entorno impacta en los niveles de depresión de una persona. Con el diseño puedes intervenir y modificar la realidad de una persona.

Otro de los grandes problemas que tiene México es que al interiorismo o arquitectura interior se le ve como una disciplina de segunda clase, todo el mundo se preocupa del cascarón, pero no hay mucha preocupación por lo que pasa adentro. El aspecto más importante desde una perspectiva social es el interior, porque es donde vives y lo que sucede adentro es lo que termina modificándote. Pasamos el 80% de nuestro tiempo en interiores y esa debería ser la prioridad de la arquitectura.

¿Cuáles son los errores más comunes al utilizar espacios de oficinas?

— Mientras no se entienda la arquitectura como una herramienta de transformación, la tendencia va a seguir siendo sacarle mayor provecho a los espacios, mientras más empleados, mejor. Pero si llegas a entender que esto afecta en la productividad y felicidad de tus empleados, quizás pienses en buscar otra alternativa porque eso al final afectará en los resultados de tu negocio. Es súper común que los clientes crean que sacarle el mayor provecho al espacio es maximizarlo, es decir, metiendo mucha gente. Pero ¿qué es más importante, que tu negocio funcione bien o que te ahorres metros cuadrados?

Otro error es no ver la importancia social de las relaciones entre los empleados, porque generalmente no hay espacios para hacer amigos. Una oficina que solamente está resuelta con áreas de trabajo y de juntas, demuestra uno de los grandes errores. Somos animales de manada, queremos pertenecer a un grupo y si tienes amigos dentro de una organización tus niveles de engagement con la empresa son mucho más altos, serás más feliz y habrá menos rotación dentro de la empresa.

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