Callebaut, una de las empresas chocolateras con más éxito y prestigio internacional, nos invitó a una clase íntima y divertida con una de las mejores exponentes en la repostería mexicana, Maricú Ortiz, dentro de la Chocolate Academy.
Amigas de Maricú y algunos afortunados representantes de la prensa, aprendimos en unas horas a preparar dos exquisitos postres donde el elemento principal es el inigualable chocolate belga Callebaut.
De forma amena y sencilla, Maricú nos instruyó y preparó un bello cake marmoleado con un baño crocante, así como unos mini kouglofs de gianduja. Recetario en mano, seguimos y ayudamos en el proceso que, sorpresivamente, resultó más sencillo de lo que pensábamos. Quizás por lo ameno, quizás, también, por la calidad de los ingredientes que de solo verlos se nos hacía agua la boca, así como de las excelentes instalaciones de la Chocolate Academy que cuenta con la tecnología más eficaz para trabajar en repostería.
Un lugar amplio, limpio y agradable como la compañía. La experiencia de cocinar con el grupo de amigas, quitaba al evento del rigor formal y le daba un toque especial que nos hizo disfrutar mucho la experiencia culinaria.
Este tipo de experiencias son muy valiosas, como un respiro en el ajetreo de la vida cotidiana en la ciudad. Aprender mientras se charla y bromea, admirar la destreza de la chef, su cercanía y amabilidad al resolver nuestras dudas de principiantes, resultaron en algo que debería replicarse más a menudo.
Al final degustamos las creaciones que en su decorado tenían incluso oro comestible.
Chocolate belga de origen
En la actividad además tuvimos la posibilidad de probar parte de la línea de chocolates que Callebaut tiene disponibles en México. Además del chocolate Callebaut 823, el mismo que usamos para fundir y darle un baño crujiente al cake marmoleado, probamos cuatro variedades diferentes que hicieron que nuestro paladar se deleitara con sabores amargos, acaramelados y dulces.