Con el frenético ritmo de vida que tenemos diariamente, es común que pasemos poco tiempo en el hogar y que sitios clave, como la cocina, vayan perdiendo relevancia, cuando siempre han sido parte del alma de una casa. De acuerdo con Global Kitchen, el centro de estudio desarrollado por el Instituto Silestone, impulsado por Cosentino, llegó la hora de recuperar el área de la cocina como eje central de la vida del hogar.
Y es que, a través de una investigación que recabó la opinión de consumidores de nueve países y la visión de 23 profesionales, entre ellos: cocineros, sociólogos, arquitectos, nutricionistas e interioristas, hubo un consenso acerca de que la cocina sigue siendo un espacio social que debe recuperarse, a pesar de la fuerte tendencia a comer fuera de casa.
Por tanto, una cocina del siglo XXI, debe estar abierta a la incorporación de nuevos materiales y colores, para conseguir un espacio cada vez más confortable y llamativo. De acuerdo con los arquitectos María González y Juanjo López de la Cruz: “el diseño de la cocina debe ser versátil en relación con el resto de la casa, y práctico en sus funciones específicas y básicas”.
Una cocina colaborativa
No hay que perder de vista que el lugar en el que vivimos es un factor relevante en nuestra salud física y mental. En este sentido, la cocina constituye cada vez más un ecosistema destinado a mejorar la salud y el bienestar. Una circunstancia que se desarrolla en dos sentidos: como espacio de manipulación de alimentos y preparación de comidas, y como centro neurálgico de la vivienda. Una razón por la que los elementos imprescindibles para cocinar, como son los puntos de calor, la salida de humo o los espacios de almacenaje, tienden a invisibilizarse y a incorporar tecnologías con el objetivo de conseguir la máxima higiene y seguridad.
La arquitecta Aránzazu González apunta que la cocina “ha dejado de ser un lugar exclusivo para las mujeres para dar paso a una manera de cocinar colaborativa”. Una razón por la que la experta en este campo María Luisa Deulonder considera que este sitio “marca la decoración de un hogar moderno”. Para ello propone un espacio conectado con la zona de lavado, con una enorme alacena donde todo esté a la mano, y un espacio para cocinar donde el blanco es el color protagonista, y en el que los electrodomésticos están a nuestro servicio para conseguir una área práctica, cálida y agradable del que resulte difícil salir.
