Saturnino Herrán, el muralista de la identidad mexicana

El color fue su lenguaje y las raíces mexicanas su principal fuente de inspiración. Hablo de Saturnino Herrán Guinchard, un pintor que sentó las bases para el muralismo mexicano y que pese a su legado artístico es poco conocido en la actualidad.

Recibió clases de pintura en escuelas particulares, sin embargo, más tarde se trasladó junto con su madre a la Ciudad de México para estudiar en la Academia de San Carlos, a la que logró ingresar luego de un examen de nivel, que lo colocó en el mismo grupo del clases del afamado pintor Diego Rivera.

Íntimo amigo del poeta mexicano Ramón López Velarde, nació en el año 1887 en Aguascalientes y cuando la Revolución tiñó de sangre a México, él escogió el pincel para retratar a los diferentes tipos de mexicanos bajo la filosofía “si yo te retrato, si yo veo tu mundo interior no te voy a matar”, según nos comparte su nieto, quien luego de tres generaciones tomó la estafeta de la familia para darlo a conocer.

El año pasado se cumplió un centenario del fallecimiento prematuro de este pintor que, debido a cuestiones de salud, soltó el pincel para siempre a sus 31 años de edad, dejando un legado de 200 obras en las que presenta temas como el trabajo, la sensualidad, los desposeídos o el indigenismo. “Él, como es de una familia muy liberal, tiene mucha idea de qué país es en el que vive. (…) Identifica muy bien a México como un territorio que tiene tres mil años de civilización y empieza a pintar a los habitantes de esta ciudad en toda su diversidad: trabaja mucho con indígenas, con la gente del pueblo, pero también con sus amigos, familiares y vecinos”, describe Gudiño, desbordado de entusiasmo por convertirse en el difusor de la historia de su abuelo.

Su legado

Su talento fue tan singular que Justo Sierra, quien fuera secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes de México entre los años 1905 y 1911, lo comisionó para rescatar los frescos de Teotihuacán que estaban desapareciendo cuando la zona arqueológica aún estaba cubierta de maleza. Su momento de esplendor fue entre los años 1912 y 1918.

De hecho, para ilustrar este momento de brillo del pintor hay un proyecto de largometraje que, de acuerdo con Gudiño, ya tiene guión técnico, precasting y carpeta cinematográfica. “Se titulará Herrán, mirada interior. Es decir, su mirada sobre este país diverso, plural, magnífico”.

La intención es que (si se consigue el apoyo económico que están buscando) se difunda para el año 2022, a propósito del centenario del muralismo mexicano, movimiento en el que Saturnino Herrán colocó los primeros peldaños.

Debido a su temprano fallecimiento este pintor nunca realizó una exposición. Sin embargo, fue tanto su impacto en la época que mes y medio después de su muerte, en 1918, sus amigos le hicieron una en el Palacio de los Azulejos, la cual fue clausurada por el presidente de aquel entonces Venustiano Carranza. Te invitamos a conocer más sobre este pintor mexicano que mostró su amor por esta tierra en cada una de sus coloridas pinturas.

“La vigencia de esta obra es que nos relata un México que todavía estamos descubriendo”. Saturnino Herrán Gudiño, nieto del pintor y presidente de la Fundación cultural Saturnino Herrán

Tres obras literarias sobre su vida

Para conocer más sobre la obra de este pintor mexicano, puedes acceder a www.fundacionsaturninoherran.org. Se trata de un personaje mexicano con una historia y un legado muy rico a nivel cultural.

• 1994 – Herrán, la pasión y el principio

• 2010 – Saturnino Herrán, instante subjetivo

• 2018 – Saturnino Herrán, melodía de la existencia

Dato

En la introducción del libro Herrán, la pasión y el principio, Carlos Fuentes describe al pintor como uno de los mejores de México. Incluso lo vincula con pintores como el neerlandés Rembrandt o el español Diego Velázquez.