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La Bachata, el ritmo sensual que enorgullece a los dominicanos

El 11 de diciembre del año pasado la Unesco declaró a la Bachata como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

La República Dominicana es sinónimo de alegría. Una muestra de esto son sus ritmos musicales, como la bachata y el merengue, que han trascendido fronteras y se han convertido en ícono representativo de este país caribeño.

En el caso de la bachata, se trata de un ritmo sensual donde el sonido de las cuerdas de guitarra evoca los sentimientos más profundos con los que los dominicanos le cantan al amor y al desamor, comúnmente acompañados de un trago de ron Brugal o con una cerveza Presidente “vestida de novia”, que aquí en México la expresión se traduciría como una cerveza “bien muerta”, es decir, fría.

Inicialmente la bachata era una considerada una música de burdel. De hecho, estuvo limitada su difusión a algunas emisoras, en la década de los 60 y 70. Personalidades como Juan Luis Guerra con Bachata Rosa o Burbujas de amor; Víctor Víctor, Anthony Santos, Raulín Rodríguez, y más recientemente las nuevas generaciones como Prince Royce o Romeo Santos, se encargaron de colocarla en los ojos del mundo.

El baile de este ritmo, de origen africano, también es un aspecto que llama la atención. Se compone de cuatro tiempos marcado por un movimiento de caderas. Si tienes planeado visitar República Dominicana en tus próximas vacaciones, no te vayas sin antes practicar este baile. Cualquier dominicano estará encantado de enseñarte. Será la cereza del pastel durante tu estadía.

Tres símbolos de la dominicanidad

Bachata. Este género nace de la fusión de bolero, el son, el chachachá y el merengue, según la Unesco.

Merengue. En 2016 Unesco proclamó al merengue como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

Carnaval. Para los dominicanos, febrero es mes de carnaval; una fiesta llena de color y música que data de 1520, época colonial.

Destinos favoritos de series y películas

Cada año son más las producciones internacionales que optan por el país para rodar, atraídas por su oferta de incentivos fiscales, locaciones y servicios.

En Santo Domingo, la capital de República Dominicana, el sitio favorito de los productores es la ciudad colonial.

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, desde hace décadas sus callejuelas de adoquines y su imponente arquitectura colonial -con los primeros edificios del Nuevo Mundo- han sido elegidas para filmar escenas de numerosas películas, como El Padrino II (1974), Habana (1990), La Fiesta del Chivo (2005), The Good Shepperd (2006), Miami Vice (2006), The Lost City (2005) y, más recientemente, The True Memoirs of an International Assassin (2016).

La zona colonial es una parada obligatoria.

Además de la ciudad colonial, Santo Domingo cuenta con hermosas áreas naturales, como el Jardín Botánico, miradores en distintos puntos de la ciudad, iglesias, museos, monumentos y edificios antiguos.

Mientras que el reconocido actor estadounidense Vin Diesel eligió el entorno natural y exótico de Santiago para grabar las escenas de aventura extrema de xXx: The Return of Xander Cage (2017).

Protagonista de importantes acontecimientos históricos, como la Batalla del 30 de Marzo por la independencia; Santiago es sinónimo de modernidad, cultura vibrante e innovación. El Monumento a los Héroes de la Restauración es una visita imperdible.

Y en San Pedro de Macorís, provincia cañera, la cadena británica BBC rodó el año pasado, la serie The Long Song, una ficción ambientada en una plantación de azúcar de Jamaica en la década de 1830, durante sus últimos días de esclavitud. Si vas, aprovecha para visitar las destilerías Barceló y Brugal.

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