Al entrar, el olor a mezcal y a cerveza envuelve a los visitantes. La música suena a todo volumen. En un ambiente de fiesta apenas se distinguen las voces de jóvenes entre 15 y 20 años que beben y fuman en un martes de escuela a las 11 de la mañana.
Es una casa común y corriente. Los estudiantes entran y salen. Ningún adulto de los que viven o atienden en el lugar representa autoridad; mucho menos les pide credencial de elector para confirmar su mayoría de edad.
UNO TV documentó lo que ocurre en este espacio ubicado en la colonia El Tercer Mundo en Naucalpan, Estado de México, a menos de un kilómetro y a tan sólo 10 minutos de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán y del CCH Naucalpan. Los estudiantes lo conocen como «La casa de Doña Naty».