Con huevo, harina, mantequilla, azúcar y una pizca de ralladura de naranja se elabora en México el pan de muerto, una representación de los difuntos queridos en los altares y un manjar que no falta en ninguna mesa.
Esta semana, previa a la celebración del Día de Muertos el 2 de noviembre, elaboran unas 1.250 unidades al día. Y en los días cercanos al gran festejo, las panadería esperan duplicar la producción.
En México, en estas festividades se honra a los difuntos en una tradición ancestral y enormemente popular en la que no faltan los altares de muertos para recordar los seres queridos con flores, agua, licores como el tequila o el mezcal, frutas o este pan autóctono.