La joven española Garbiñe Muguruza ha empezado el Australia Open con el pie derecho dejando en claro que parece ser la única que podría hacerle frente a Serena Willimas en un nuevo año dentro del deporte blanco.
La subcampeona de Wimbledon el año anterior ha logrado madurar con duros golpes en la cancha que le permitieron fortalecer el ánimo y su juego, demostrando que su evolución ha sido formidable tanto como para encarar a la estadounidense que marcha imponente como la mejor referente de teni femenino actual. Muguruza es alta, con hombros anchos, con gran musculatura y largas extremidades.
Ella tiene un efectivo primer servicio, golpea lo suficientemente fuerte y bien colocado cuando está inspirada; un golpe de derecha de fuerza completa; y un revés que es engañosamente poderoso.
Su juego, como Williams, es agresivo. Desde 2008 ninguna mujer ha conquistado más títulos que la menor de las Williams, pero tal parece que Muguruza ha llegado para quedarse y tratar de quitarle ese reinado a su más férrea oponente: «Serena sabe que puedo ganar contra ella, que yo no tengo miedo”, alguna vez declaró la ibérica.
Aunque las lesiones han sido constantes que acompañaron a ambas tenistas en el 2015, este nuevo año es una buena oportunidad para deleitar a sus fanáticos con el juego que acostumbran.
La mesa parece servia para que en el US Open se vean las caras y tal vez ahí, sabremos si Muguruza puede asumir el lugar que algún día deje vacante Serena.
