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El ex técnico de la Selección argentina, Diego Armando Maradona, reveló que teme por la vida del Papa Francisco por las reformas que está llevando a cabo en El Vaticano.
“Me da miedo porque los Papas buenos corren el riesgo de encontrar la muerte a la vuelta de la esquina”, afirmó el ídolo en el libro “México 86. Mi Mundial, mi verdad. Así ganamos la Copa”, lanzado este mes por editorial Sudamericana y escrito con el apoyo del periodista Daniel Arcucci.
En el apartado en el que se refiere al Papa, Maradona explicó que con todo el respeto del mundo, lo llama “Francisquito” y lo quiere porque “está haciendo las cosas muy bien”.
Agregó que, cuando le reveló a Su Santidad los temores por su vida, “me dijo que me quedara tranquilo, que sabía cuidarse y que los tenía a todos bien alineados”.
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El mejor futbolista de la historia de este país destacó que, cuando llegó al Vaticano, Francisco rechazó zapatos lujosos e incluso se les escapó a los guardias para comprar una pizza o mandar a hacer sus anteojos como cualquier ciudadano común.
“Todo eso me identifica, por un lado, y me da miedo por el otro”, aseguró al insistir en sus temores sobre la seguridad del Papa, de quien celebró que siempre haga sentir que habla con el corazón.
Por otra parte, Maradona explicó que “El Papa está haciendo en el Vaticano lo que a mí me hubiera gustado hacer en la FIFA. Transparencia. Que gane la gente. Que no se compren los mundiales”.
Añadió que, así como Francisco se preocupa por los que tienen hambre en el mundo, los dirigentes del fútbol deberían de preocuparse de verdad por los que juegan.
“Si quieren un Mundial para entretener a la gente, bárbaro, que se lo ganen como corresponde. No que se lo ganen a golpe de coima (sobornos)”, dijo.
También contó que el año pasado, cuando fue a visitar a Francisco “entré al Vaticano y no vi los techos de oro, porque me recibió mano a mano, en una piecita donde se puede juntar cualquiera, los dos tipos más comunes del mundo”.
“Hablamos de todo, me dijo que él me necesitaba a mí y que la Argentina nos necesitaba a nosotros. Me dijo que nunca dos argentinos habían estado en la élite mundial, él en lo suyo y yo en lo mío”, recordó.
Aunque aseguró que quiere que el Papa sea más famoso que él, advirtió: “yo tengo una ventaja y es que jugué más o menos bien al fútbol, y el fútbol es una pasión mundial”.
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