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Chivas tiene un gran dilema antes del inicio del Apertura 2019, ya que tendrán que dividir a su equipo en dos este fin de semana. Chivas comienza la nueva temporada con un importante partido contra Santos Laguna el domingo en Torreón, pero debe cumplir con sus obligaciones de la Internacional Champions Cup, el sábado cuando se enfrente al Benfica en San Francisco, dejando al manager Tomás Boy con un gran dolor de cabeza.
Además, Chivas cerrará el juego ICC contra el Atlético de Madrid el martes en Arlington, Texas. El equipo rojiblanco habría estado desesperado por volver a programar el partido, sin embargo, la Liga MX no estaba dispuesta a ceder, lo que significa que el rebaño probablemente enfrentará un lado extremadamente débil ante el Benfica en el escenario mundial.
Esta no es la primera vez que se pone a Chivas en esta situación. El 6 de agosto de 2006, Chivas programó un partido amistoso muy anunciado contra los ganadores de la Champions League, Barcelona el mismo día en que, en la Liga MX, se enfrentará con Toluca.
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Con Giovani dos Santos, Rafael Márquez, Ronaldinho y Samuel Eto’o todos en el redil, fue simplemente una oportunidad que Chivas no pudo rechazar.
Chivas decidió poner a su mejor equipo ante el Barcelona y, frente a 92,000 personas en Los Ángeles, obtuvieron un sólido empate 1-1 gracias al empate de 82 minutos de Diego Martínez.
Más temprano en el día, los «suplentes» lograron perder ante Toluca por un marcador de 1-0, que se consideró un resultado muy aceptable.
Chivas se vengarían en la Liguilla, derrotando a Toluca 3-2 en total en la final para reclamar su 11º título de la Liga MX.
Como dato curioso, el el entrenador José Manuel «Chepo» de la Torre dirigió los dos partidos ese día, llegando a Los Ángeles con 15 minutos de retraso.
