Futbol Nacional

Historia del grito homofóbico que se niega a morir

México busca erradicar de sus tribunas una expresión que ya está prohibida, pero la afición insiste en seguir con la práctica

Lo que comenzó como un hecho “simpático” se volvió costumbre con el correr de los años. Era el año 2003, se disputaba el Clásico Tapatío entre Chivas y Atlas en el Estadio Jalisco. Oswaldo Sánchez se disponía a realizar un saque de meta cuando el murmullo comenzó: “eeehhh”. Y cuando pateó el balón, debutó el grito: “pu…”.

Así, nació algo que hoy es un problema. Aunque la creencia generalizada atribuye la autoría del grito a la barra del Atlas, integrantes de la misma aseguran que no fue así. La expresión surgió, de acuerdo a los propios aficionados de los Zorros, en la tribuna poniente del Coloso de la Calzada Independencia.

Hay seguidores que relatan que en la barra rojinegra era mal visto gritar “pu…” al rival. Relatan que era considerada una expresión de “aficionados de ocasión”, que no estaban verdaderamente involucrados con su equipo y que sólo acudían a la grada del Jalisco en busca de un rato de diversión. Lo cierto es que sí nació en la casa de los Zorros, que ahora son el primer club vetado por culpa del penado grito homofóbico.

La primera vez que apareció esta expresión fue en contra de Oswaldo Sánchez. El jugador surgido del Atlas defendía el arco de Chivas. Antes de ese Clásico Tapatío, había declarado su gratitud al club que le dio la oportunidad de debutar en Primera División, pero reveló que su corazón ya era rojiblanco. Por eso, el grito tenía evidente tinte ofensivo.

Evolución

El grito dio el gran salto cuando fue conocido en todo el país. A principios de 2004, se disputó el Preolímpico de la Concacaf. Una vez más, el escenario fue el Estadio Jalisco. La afición tapatía repitió la expresión en dicho certamen, en especial durante el encuentro entre México y Estados Unidos.

Landon Donovan era la joven estrella de aquel cuadro estadounidense. Polémico desde siempre, días antes del encuentro se ganó la antipatía de la afición local cuando fue captado orinando en un arbusto junto a la cancha del Jalisco. El atacante fastidiado todo el encuentro y el grito de “eeehhh, pu…” explotó también en contra de su portero. Claramente, la intención era ofender.

Desde ese momento, el grito se popularizó. Invadió todos los estadios del futbol mexicano y la afición incluso lo exportó a eventos internacionales. Han pasado más de 16 años desde su primera aparición y los asistentes a la tribuna se niegan a dejarlo morir.

Prohibición

Las reglas de FIFA se han endurecido sobre todo en términos de racismo y discriminación. El grito de “eeehhh, pu…” es considerado homofóbico, por lo que el máximo organismo rector del balompié a nivel mundial lo prohibió. Incluso, existe amenaza de fuertes sanciones. La Federación Mexicana de Futbol ya recibió enérgicas multas y ahora enfrenta el riesgo de perder partidos en la mesa si no erradica esa expresión de sus tribunas en duelos del Tricolor.

Así, han comenzado constantes campañas de conscientización, pero la afición se niega a dejarlo morir. Hay quienes defienden el grito como parte del “folklore del futbol”, otros alegan que es una expresión inocente y sin fines de discriminación. Lo cierta es que está prohibido y el Estadio Jalisco, donde nació, será el primero en pagar las consecuencias.

4

apariciones del grito en un partido son suficientes para vetar el estadio.

El dato

Triste aniversario

Atlas deberá enfrentar a Xolos de Tijuana sin gente en la tribuna el próximo 31 de enero, justo el día en que el Estadio Jalisco cumple 60 años de su inauguración. Será un triste aniversario.

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