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“Hasta que cumpla 100 años, surgirá otra ‘Chiquita'”: Humberto González

El ex campeón mundial Humberto Chiquita González se siente satisfecho con lo que hizo en el boxeo mundial donde se convirtió en ídolo

Humberto “Chiquita” González (43 victorias, 30 por ko y 3 derrotas) fue uno de los grandes campeones mundiales de boxeo que ha dado México, dominó su división, la mini mosca, en la década de los años 80 y 90 pues no había quien pudiera con él. Incluso él mismo lo reconoce cuando afirma que difícilmente surgirá otro peleador con sus capacidades: “Quizá hasta que cumpla 100 años”.

“Hay muchos peleadores en esa categoría, me gusta mucho Julio César ‘el Rey’ Martínez, ahí va, me gusta su estilo, es entrón, es el estilo que le gusta a la gente. Está otro como Román ‘Chocolatito’ González, él pensaba en ganar buenas bolsas pero como que ya se estancó y no creo que lo logre. Él siempre comentaba que quería ganar como la ‘Chiquita’ González pero no. Para que nazca otro ‘Chiquita’ van a pasar unos 20, 30 años, o hasta que tenga 100 años, a lo mejor”, afirmó el oriundo de Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México.

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Y hoy que cumple 54 años de edad, reflexionó sobre que la mayor parte de su vida la ha dedicado al boxeo, algo de lo que se siente orgulloso ya que  persiguió sus sueños y fue persistente hasta alcanzarlos.

“Siempre pensé en ser campeón del mundo, me gustaba cuando prendíamos la televisión y veíamos un campeonato mundial y decía: ‘yo quiero ser como ese campeón’. Incluso en mi barda de la calle donde vivíamos puse que quería ser campeón del mundo y lo logré”, recordó González.


Empezó en el pugilismo desde que era niño, a los 7 años veía peleas en la televisión y a los 9 fue por primera vez a un gimnasio a entrenar acompañado de su padre.

“Cuando él ya no podía llevarme por trabajo empecé a ir solo, él pensaba que si no me llevaba yo lo dejaría, pero no fui así, cuando tenía ya 11 años yo me iba solo”.

Hasta que llegó su primera oportunidad como profesional en 1984:


“Yo peleaba en los guantes de oro los lunes en la arena Coliseo, uno de esos lunes noqueé y me ofrecieron pelear el siguiente sábado en “La Bola” en Aragón. Lo hice con uno que se llama Jorge Ortega, que tenía más peleas que yo, estaba más fogueado y lo noqueé. Al otro día en el periódico salió que había noqueado a un clasificado. Creo que si mi papá hubiera sabido antes de la pelea que mi rival era un clasificado, no me deja subir”, conto Humberto.

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Humberto González solo sufrió tres derrotas en 11 años de carrera profesional, una marca que pocos pueden presumir. Él las acepta pero asegura que en esas tres se confió porque las iba ganando.

“De esas ya no me acuerdo (bromea). En todas las peleas que perdí yo las iba ganando, iba dominando, me emocionaba mucho y en la esquina pensaba que ya lo tenía. Pero me cansaba, me desesperaba y me agarraban, pero a la siguiente oportunidad me volvía a recuperar porque ahora si hacía bien las cosas. En mi última pelea contra el tailandés Saman Sorjaturong iba ganando, lo tiré dos veces y ya la pelea no iba a seguir, dieron un round más y en ese me agarró”, recuerda.

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Y entonces vino la pelea que lo encumbró. La afición lo convirtió en ídolo tras esa batalla ante el que quizá fue su más grande rival: Michael Carbajal el 13 de marzo de 1993.

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“Con Carbajal fue otra cosa, con él tengo ese lema de que ‘perdiendo gané más’. Si yo le gano la primera pelea, porque lo tumbé dos veces, ya no hay revancha y como me ganó, pues la hubo. Para mi fue mejor porque además fue mejor pagada, como si hubiera ganado el título mundial. Me pagaron mejor y para mí fue algo grande. Las derrotas me costaron pero les saqué provecho”, reveló la “Chiquita”.

En su época, había otro mexicano que “hacía ruido”, de la misma división y que la gente pedía como rival de Humberto González, otro grande del boxeo: Ricardo “Finito” López. Para mala fortuna del boxeo, nunca se concretó dicha pelea.

“Fíjate que actualmente me llevo mucho mejor con Carbajal que con Ricardo López, con todos los peleadores menos con él porque creo que no puede aceptar lo que hice. Yo fui estrella, fui estelarista, él peleó debajo de mi, fue semifinalista. Yo era la estrella, el que peleaba, el que decidía. Fui el primer mini mosca, no había pesos más abajo que yo, a él lo tenían clasificado en mi categoría y mientras yo ganaba y ganaba, él bajaba. Hubiera sido una buena pelea. Siempre he creído que don José Sulaimán inventó el peso paja para él”, confesó.

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Aceptó que le costó trabajo asimilar que ya no pelearía luego de aquella derrota ante el tailandés Sorjaturong en 1995, incluso le ofrecieron seguir, pero se mantuvo en su decisión.

“Fue difícil. Cuando perdí con Sorjaturong comenté que si perdía el título me iba del boxeo, pero no quería irme, además no pensaba perder. Entonces cumplí, cuando perdí esa vez, me retiré. Fue difícil hasta que empecé a asimilarlo. Me habían ofrecido más peleas y hasta la revancha pero ya no”.

A 25 años de su retiro, Humberto “Chiquita” González vive feliz con su familia en su natal Ciudad Nezahualcóyotl y está a cargo de varios salones de fiestas, los cuales lo han mantenido con un buen nivel de vida.

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“Estamos trabajando, tenemos los salones de fiestas en Ciudad de Nezahualcóyotl. Cada ocho días hacemos fiestas y a eso me dedico. Antes no iba a ninguna fiesta y ahora voy a todas”, concluyó.

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