“Cada vez que ellos hablen sobre Michael Jordan, deberían hablar también sobre Scottie Pippen”.
Con esta frase, Jordan resalta el valor de tener un escudero con Pippen en la gran época de los Bulls en la NBA.
Nacido en Hamburg, Arkansas, en 1965, Pippen se convirtió en el mejor aliado de Su Majestad durante la era gloriosa de los 90.
Factor clave en los Bulls
Los SuperSonics lo eligieron en el draft de 1987 (primera vuelta, quinta selección).
Sin embargo, lo terminaron enviando a los Bulls, donde debutó inmediatamente.
En su primera temporada, el alero pequeño disputó 79 encuentros, ninguno como titular, con 7.9 puntos.
Pero las cosas mejorarían a partir de la segunda campaña y ya desde la tercer se convirtió en indispensable.
Phil Jackson lo eligió para la presión ofensiva, primero con Jordan y Horace Grant, y luego con Dennis Rodman en lugar de Grant.
Pippen fue clave en la conquista de los seis anillos de los Bulls, entre 1991-93, y 1996-98.
“El mejor jugador del mundo”, dijo Rodman sobre Pippen
Con la ausencia de Jordan para dedicarse a jugar béisbol Scottie asumió el liderazgo de los Bulls.
En palabras de Rodman, “era el mejor jugador del mundo” en ese momento.
Es una exageración de “El Gusano” que demuestra el valor que tenía el muchacho del dorsal 33 en el conjunto astado.
Su mejor temporada en números fue la 93-94, sin Jordan, llegando a anotar 22 puntos por encuentro.
El adiós final de Jordan a los Bulls en 1998, tras alcanzar su sexto anillo, generó la desbandada en el equipo.
El tramo final del número 33
Pippen se fue a los Rockets de Houston, donde promedió 14.5 puntos por encuentro.
Luego se uniría a los TraiBlazers de Portland, vistiendo su camiseta durante cuatro temporadas, pero ya en un serio declive.
Finalmente, se retiró con los Bulls en la 2003-04, jugando apenas 23 partidos (seis como titular), con 5.9 puntos de promedio.
Pippen, elevado al Salón de la Fama en 2010, dejó en su carrera un promedio de 16.1 puntos, 6.4 rebotes y 5.2 asistencias por encuentro.
Pero, por encima de todo, su espíritu de sacrificio y su respeto por la jerarquía de Jordan le elevaron a las cumbres de la NBA.
