Tras el asesinato de su padre a manos de unos ladrones en 1993, Michael Jordan se sintió devastado.
El astro de los Bulls decidió dejar a un lado el baloncesto y migró al beisbol, uno de los deportes favoritos de su papá.
Sin embargo, y aunque generó todo tipo de interés por parte de los medios, el desempeño de Jordan fue bajísimo.
Y con la camiseta número 45…
Jordan permaneció en la ciudad de Chicago, donde ya había ganado tres anillos de la NBA.
Firmó en 1994 con la organización de los Medias Blancas de Chicago, uniéndose a los Birmingham Barons, en las Ligas Menores.
“Voy a ser la sensación”, lanzó en una de sus primeras intervenciones ante los medios el flamante número 45.
Le costó adaptarse al deporte que practicó en su juventud, y la presión tampoco se hizo esperar.
Los números de Michael Jordan con los Barons
Disputó en total 127 compromisos, y bateó para un promedio de .202.
El astro deportivo impulsó 51 carreras y robó 30 bases, además de conectar tres cuadrangulares.
Sin embargo, no se sintió a plenitud y su regreso a la NBA, esperado por todos, sucedió.
“Estoy de vuelta”, dijo, y cumplió a cabalidad: ganó los siguientes tres campeonatos con los Bulls.
El Rey estaba de nuevo en su reino.