La violencia e inseguridad que se vive en Puebla ha provocado que estudiantes de diversas carreras modifiquen sus hábitos cotidianos al ir a sus colegios o al salir de los mismos a fin de evitar ser asaltados o en el peor de los casos, asesinados.
Cecilia Bernal, tiene 22 años y es estudiante de Derecho, ella ha optado por caminar por donde pasa más gente o en sentido contrario de la circulación; no obstante, considera que las medidas como el botón de alertamiento que se ha instalado en las rutas más asaltadas no ha servido de mucho, ya que las patrullas llegan demasiado tarde al auxilio.
“Me tocó un asalto y se tocó el botón de pánico y llegó una hora después, debe haber más seguridad en los paraderos, que se hagan revisiones y haya patrullas en los recorridos”, dijo.
Además criticó que el Sistema Penal Acusatorio beneficie a algunos delincuentes, ya que ofrece “reparación del daño” y logran salir libres de manera más fácil.
Javier Ramírez es de Huejotzingo y actualmente estudia Ciencias Políticas en la ciudad, él al igual que otro grupo de compañeros salen acompañados al terminar sus clases, carga el dinero necesario, avisa cuando sale a otros sitios y mantiene el GPS encendido; parte de las medidas que han tomado dentro de su círculo familiar.
Él lleva seis años estudiando en Puebla y no descarta que la inseguridad “está en todos lados”, por lo que pide leyes más fuertes que vayan en contra de los delincuentes.
Cielo Carrillo tiene 20 años y es originaria de Oaxaca, ella llegó a Puebla desde hace tres años con la intención de tener calidad en sus estudios y porque se decía “que era una ciudad tranquila, pero todo cambió”, la violencia y los feminicidios incrementaron, cosa que preocupa y da miedo a ella y su familia.
Ella no sale tarde si no va acompañada, no sacan su celular en el transporte público porque le causa distracción y ya no usa ropa “tan corta” porquese han dado casos de acoso y abuso en el transporte colectivo.
Quienes son y fueron estudiantes coinciden en medidas al subirse a una ruta: guardar o no llevar cosas de valor, dividir su dinero; pero hay quienes incluso han pensado en adquirir un arma para protegerse.
José Antonio, de 22 años estudia en una universidad por la zona de Analco, al considerarla un “foco de inseguridad” por los diversos asaltos a compañeros, ha optado por andar en grupo y andar por lugares concurrentes para que no los sorprendan.