Mariana Gómez del Campo, PAN
El 28 de julio de 2010, mediante la Resolución 64/292, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento, reconociendo que el agua limpia y el saneamiento son esenciales para la vida.
En virtud de esta resolución, México está obligado a disponer de los recursos financieros necesarios para garantizar este derecho y así todos podamos gozar de acceso a agua potable y a un saneamiento saludable, limpio y accesible.
Tomando en cuenta lo anterior, el corte en el suministro de agua que hemos sufrido durante estos días que ha impactado a más de 4 millones de capitalinos y casi a un millón de mexiquenses, deja en claro la enorme dependencia que tenemos en la Zona Metropolitana del Valle de México de esa red que provee aproximadamente el 64 por ciento del líquido empleado.
Es importante recordar que el Valle de México era un sistema lacustre integrado por los lagos de Xochimilco, Chalco, Texcoco, Zumpango y Xaltocan, zona que con el crecimiento poblacional y de la mancha urbana se desecó. Tan sólo de 1950 a la fecha la población de la Zona Metropolitana creció seis veces. De ese tamaño ha sido también el reto de satisfacer a casi 20 millones de habitantes.
La apertura de la tercera línea del Sistema Cutzamala permitirá que el abasto de agua a la Ciudad opere de manera más estable, pero los esfuerzos del gobierno no deben quedar allí.
La apuesta del Gobierno Federal y de los Estados debe ser hacia la sustentabilidad. La inversión hecha en el Sistema Cutzamala fue porque eran urgentes las reparaciones, es decir, sólo se está reaccionando no se está planeando.
Resulta que la situación es muy delicada porque el 35% del agua que llega a la ciudad se pierde en fugas, y prácticamente nada del agua de lluvia se aprovecha (apenas el 12 por ciento termina reabasteciendo los mantos acuíferos mientras que el 88 por ciento restante se va al drenaje).
También se han abandonado los programas de concientización para el uso racional. Recordarán la campaña exitosa en el gobierno del ex presidente Felipe Calderón El agua es como tu familia ¡protégela!, en la que se recomendaba tener una cubeta en la regadera, colocar botellas con agua dentro de los tanques del WC, evitar lavar el auto con manguera y regar las plantas en horario donde la evaporación fuera menor.
El problema del agua requiere ser atendido, por lo tanto, desde distintas perspectivas y de manera integral: evitando la sobreexplotación de los acuíferos que agravan el hundimiento en zonas como Iztapalapa y Gustavo A. Madero; aprovechando el abastecimiento natural del agua de lluvia con mecanismos de cosecha; tratando y saneando el agua residual (apenas el 13 por ciento se trata); invirtiendo en la modernización de la red para eliminar pérdidas por fugas (hecho que no ocurre porque son obras que no son presumibles políticamente) y logrando que los ciudadanos participemos en el cuidado del agua al estar conscientes.
El principal reto que tenemos ante nosotros con el tema del agua no es por su desabasto, sino lograr que se actúe con responsabilidad.
Alejandra barrales, PRD
De acuerdo a las Naciones Unidas cerca de 1,200 millones de personas, casi una quinta parte de la población mundial, vive en áreas de escasez física de agua, mientras que 500 millones se aproximan a esta situación. Se trata, sin duda, de una de las principales crisis mundiales, pero también del mayor desafío del siglo XXI.
La escasez de agua no es sólo un fenómeno natural, es también provocada por la acción del ser humano. México no es la excepción. Los expertos consideran que se debe a que no se le da un manejo eficiente.
El reciente corte de agua aplicado en Ciudad de México era necesario e impostergable. El mantenimiento al Sistema Cutzamala es, en el corto y largo plazo, benéfico. De no hacerse, se generaría un deterioro que representaría la pérdida del vital líquido y, a la larga, fallas incuantificables por el impacto que tendría en futuras generaciones.
Son medidas preventivas que deben seguir aplicándose de manera programada y sistemática, siempre pensando en los ciudadanos, compensando el desabasto, como ha sucedido en esta ocasión, con el despliegue de cientos de pipas de agua en toda la ciudad, para brindar de manera gratuita el líquido a las zonas más afectadas.
medida se ha extendido a las escuelas públicas capitalinas, las cuales recibirán atención inmediata con solo llamar a la Secretaría de Educación de la Ciudad de México.
Asimismo, es necesario redoblar esfuerzos en las campañas de concientización e información sobre el uso del agua, y fomentar el uso de nuevas tecnologías verdes para nuestros hogares.
Todos y cada uno de nosotros tenemos el deber de cuidar nuestro medio ambiente y aprender a convivir de la mejor manera con nuestro entorno. Podemos hacerlo empezando por nuestra casa. Por ello, debemos inculcar en nuestros hijos, desde temprana edad, la importancia de proteger y preservar los recursos naturales, como el agua.
Ana Lilia Herrera Anzaldo, PRI
El bienestar de las familias, el equilibrio territorial y la preservación ambiental deben ser los objetivos que guíen el modelo de gestión del agua mediante un marco legal que supere al vigente y que permita la cooperación y coordinación entre instituciones, sin depender de ciclos políticos o de un liderazgo individual.
Según datos de la OCDE, la extracción de agua en México es de 730 metros cúbicos por habitante por año, lo que ubica a nuestro país en el segmento de países con extracciones altas.
Garantizar en los hechos el derecho humano al agua que establece nuestra Constitución en su artículo 4.to., exige un marco legal renovado, pero también una administración y recaudación adecuadas, además de acciones de largo plazo como lo que se realiza en el Estado de México que invierte no sólo en infraestructura hidráulica, sino también en la “fabricación” del vital líquido, mediante el pago por servicios ambientales que al año le permite recaudar-invertir 92 millones de pesos para la conservación de bosques.
Ayer iniciamos un nuevo período de sesiones en el Congreso de la Unión y uno de los temas pendientes es el análisis de la Ley general de Aguas. La coordinación efectiva entre los diferentes órdenes de gobierno y lograr una administración transparente del vital líquido, son parte de la problemática que deberán resolverse en este ordenamiento legal.
Recientemente Jesús Reyes Heroles daba cuenta de una realidad alarmante: “Un dato reciente, que sólo considera los cuerpos de agua superficiales, muestra un deterioro que aumentó 17.8% por año entre 2003 y 2014. Además, de los 653 acuíferos con que cuenta el país, 106 se encuentran seriamente sobreexplotados”.
El Estado Mexicano y sus instituciones, tanto en lo local como en lo federal, tienen mucha tarea por hacer, pero la participación ciudadana no es un tema menor; asumir la responsabilidad de no desperdiciarla y de proteger el medio ambiente es tarea de todos.