Los hombres de la Edad Media no la tenían fácil: fuera de que su esperanza de vida no se fichaba en más de 40 años, y vivían en condiciones deplorables (incluso los reyes), tener sexo era todo un embrollo.
¿Por qué? Porque la religión lo dominaba todo. Entonces, tener sexo antes del matrimonio o en Semana Santa era un pecado y eso atentaba contra la salvación de su alma.
Por esta razón, James Brundage, académico especializado en la Edad Media, elaboró un humorístico diagrama de flujo que explica lo difícil que era encontrar una ocasión propicia, según la religión católica, para tener sexo.
Vean cómo era la criminalización del placer, y quizás reconozcan algunos de los tabúes de hoy. Encontrarán la imágen en la tercera foto de la galería, que recomendamos ver en pantalla completa.