Hace unos días en mi estancia en el puerto de Veracruz, mientras impartía un taller a un grupo de psicólogas, me enteré de algo que jamás hubiera imaginado y que parece que sucede más de lo que yo pensaba -y tal vez tú que estás leyendo- te quedarás igual.
Resulta ser que durante la temporada de conciertos de Justin Bieber, más de cincuenta jovencitas postearon en sus redes sociales, principalmente Facebook, lo siguiente:
Soy virgen y quiero ir al concierto de Justin Bieber, ¿cuánto me ofreces?
Las edades oscilaban entre 12 y 15 años ofertando eso. En verdad pensé que se trataba de una mala broma, pues de ninguna manera pensé que esto pudiera suceder en la vida real. Sé que hemos llegado a una gran pérdida de valores y promiscuidad creciente, pero eso de vender tu virginidad por un boleto a un concierto… De entrada pensé que lo ponían a manera de reto y no pasaba de ahí, pero me comentaron que además de esto, al haber hecho la transacción, publicaban cómo había sido esta entrega con lujo de detalles -para ganarse unos cuantos likes- y unos cuantos lectores.
Al comentarlo con otras personas me dijeron: “ay, sí eso pasa todo el tiempo”.
Lo que yo me pregunto es: “¿dónde están sus mamás?”, porque que yo sepa nadie ha llegado al mundo montado en una cigüeña que cuelga un pañuelo del pico y deja a un bebé en la puerta de una casa que lo cría y jamás lo vuelve a ver. Algo que es un hecho en un mundo que se derrumba, es que todo el mundo tiene o tuvo madre.
Y a esas madres es a quienes queremos convocar. Convocarlas para acabar con el bullying, sexting, ciberbullying, grooming, groserías, venta de virginidad y demás desastres que sólo marcan para siempre la vida de miles de niños, niñas y jóvenes que sin pensarlo, en un click llevan a la ruina su dignidad.
Ya no queremos más remordimientos. Ya no queremos más ganas de morir. Ya no queremos más suicidios. Ya no queremos más promiscuidad.
Lo que queremos es amor. Esa clase de amor que hace a los padres y a las madres decir “no”, no puedes tener Facebook, no puedes ir a la fiesta, no puedes tener celular, no puedes salir con ese hombre… ¡No, no y no! Porque te quiero lo suficiente como para cuidarte, para regañarte aunque me odies de momento, para dejarte castigada y vigilar que se cumpla el castigo aunque yo tenga que dejar de salir, ver televisión y quedarme muda junto contigo por una semana, porque te amo lo suficiente como para evitar que te destruyas.
Bullymamás, mamás unidas contra el bullying: Si te interesa unirte a este movimiento, no te pierdas las siguientes columnas en dónde te hablaremos más de cómo te puedes unir para evitar -niños de cigüeña- a quienes nadie pela, ni regaña y se hunden en un sinfín de males que hoy tiene el mundo.
