Un grupo de astrofísicos de la Universidad de Penn State, Estados Unidos, realizaron un estudio de por qué el lado oculto de nuestro satélite desde la Tierra luce diferente al que podemos ver. Es decir, el lado visible está lleno de cráteres, montañas y “marías” (del latín “mares”, en plural), sin embargo el lado oculto carece de éstas planicies.
El estudio dice que en ese lado de la Luna no hay “marias” ya que en el momento de su formación se produjo una diferencia de temperatura en las dos caras y esto hizo que la formación de ambas caras sean tan disparejas.
Es decir, la Luna, al ser mucho más pequeña que nuestro planeta, se enfrió más rápido. La Tierra, por su parte, siguió emitiendo radiación hacia el mismo lado de la Luna, es por eso que ambas caras son distintas, tal como lo dice el estudio publicado por la revista Astrophysical Journal Letters.