Respiró profundamente, tómo el gis y su brazo giro. Poco a poco en el pizarrón se formaba un círculo. En pocos segundos dibujó una circunferencia perfecta, como si su mano fuera un compás gigante.
El aplauso era inevitable. El profesor sabía que su círculo era algo grande, tanto que recibió los halagos de sus alumnos con buen agrado.
Su “joya” quedó plasmada en un video. Éste que les presentamos.