Un Ipod y el boleto aéreo que abandonó en su camino dejando rastros para su búsqueda fueron vitales para salvarle la vida al chileno Felipe Bravo, perdido durante 5 días en las islas Galápagos.
Bravo, de 31 años, fue encontrado con vida a las 08:00 del sábado en condiciones de salud estables, aunque presenta un cuadro de deshidratación moderada, heridas en su cuerpo producto de las ramas y las rocas, además de laceraciones en las plantas de sus pies.
Especialistas del hospital República del Ecuador, en la isla Santa Cruz, donde se extravió, monitorean su salud.
En su búsqueda se movilizaron 60 guardaparques, 34 policías (incluidos miembros del Grupo de Operaciones y Rescate -GIR- con canes especializados en rastreo), 12 elementos de la Armada, 12 bomberos, 2 médicos e incluso al teniente político de las islas. Además, se contó con la ayuda de 2 lanchas rápidas para el monitoreo costero y un helicóptero para el rastreo aéreo.
Este rescate no solo se convierte en toda una historia de esfuerzo, sino también de valor por parte de este turista. Sus conocimientos de sobrevivencia en situaciones extremas le ayudaron a subsistir en una zona agreste y complicada.
Una vez que Bravo se internó en el cerro Croker (casi al centro de la isla Santa Cruz, la más habitada de las Galápagos), perdió el camino. Ya sin guía, durante los 5 días que estuvo extraviado, cortó hojas de cactus que luego machacó y extrajo su jugo con un sorbete improvisado con una parte de un esferográfico, que utilizó para llenar una botella plástica grande, que le sirvió como fuente de hidratación.
Días antes, había abandonado en el camino un boleto de aerolínea y su Ipod. El objetivo: ir dejando pistas para su búsqueda. Estos rastros indicaban que se dirigía hacia la costa, en busca de ayuda.
En la mañana del cuarto día de búsqueda, los canes hallaron un rastro y una huella que siguieron hasta un sitio en el que se perdieron, debido a las condiciones agrestes del terreno. Para evitar que las huellas sean alteradas por el paso de los equipos de búsqueda, se trazó un sistema de recorrido para no cruzar por los mismos sitios.
En la zona se había establecido un campamento, hasta donde debieron llevar burros para trasladar los equipos de comunicación necesarios, carpas, ollas y vituallas necesarias. Allí cocinaban, distribuían su comida y armaban las estrategias para la búsqueda.
Finalmente, el día esperado llegó. Bravo, quien sobrevivía tomando agua de cactus, había escuchado los gritos de los equipos de búsqueda la tarde anterior, por lo que decidió quedarse en un solo lugar. El operativo había empezado a las 03:00 y cuando ya eran las 08:00 hasta él llegó un equipo de búsqueda. Bravo no pudo contener las lágrimas.. y ahora solo piensa en volver a su natal Chile.
MÁS DETALLES
– María Rodríguez, madre de Felipe Bravo, permanece junto a él. Viajarían en estos días a Chile
– El guardaparque Milton Calva fue quien lo encontró de pie junto a unos árboles de muyuyo y matazarno (plantas nativas de Galápagos). Al llegar a él, lo abrazó para sostenerlo, pues se encontraba bastante débil.
– Bravo se extravió el lunes pasado, cuando se trasladó solo a la zona de Media Luna y el Puntudo, sin la compañía de un guía naturalista, como se recomienda a los visitantes.
– El área donde se perdió está llena de vegetación tupida, con caminos donde moverse es difícil.
LA CIFRA
– 17 Horas duraban las jornadas de búsqueda cada día. Empezaban a las 03:00 y culminaban a las 20:00.