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Fu Xuepeng es un joven chino que a los 25 años de edad fue envestido por un auto mientras conducía su motocicleta, el accidente dañó su sistema nervioso y desde entonces sufre una parálisis motora que comienza en su nuca y recorre todo su cuerpo hasta sus pies.
Debido a esto el joven Fu no puede respirar por sí solo, por lo que depende de un respirador artificial para seguir viviendo, por desgracia su familia no puede pagar su estadía en el hospital de Taixhou, provincia china donde residen.
A pesar de que la compensación por el accidente alcanzó los 300 mil yuanes, el costo mensual del tratamiento de Fu asciende a los 10 mil por mes, lo que descarta por completo cualquier esfuerzo para mantenerlo internado.
Es por ello que sus padres inventaron un sistema manual de respiración artificial que ellos mismos deben accionar para que Fu continúe con vida.
Además de sus padres, Fu cuenta con la ayuda de dos hermanos y dos primas que se turnan durante el día para darle respiración y durante la noche la familia asume el costo de encender un respirador, también artesanal, para poder dormir.
El aparato nocturno fue diseñado por su hermano menor quien vio en un programa de televisión cómo se construía y decidió llevarlo a cabo. El mecanismo es simple: un motor eléctrico acciona una polea que impulsa una especie de pie gigante que presiona a su vez un saco de aire que llena los pulmones de Fu durante la noche.
Sin embargo, según lo publicado en el Daily Mail, la familia tendrá finalmente un aparato “profesional” para mantener a su hijo con vida, ya que una empresa que fabrica este tipo de respiradores conoció la historia de Fu a través de un documental de TV y abrió una cuenta para donar dinero y poder darle a esta familia uno de sus aparatos.
El Estado comunista chino también tuvo conocimiento de esta historia y proporcionó doctores y enfermeros para asistir a Fu en su domicilio.
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