Ejercer el periodismo en México, se ha convertido en una ocupación de alto riesgo, siendo uno de los países más peligrosos para ejercer esta profesión; en 2021, según el Instituto Internacional de Prensa (IPI), un total de 45 periodistas fueron asesinados colocando a México como el país más peligroso en el mundo para ejercer esta profesión.
Según el Índice de Impunidad de Asesinatos a Comunicadores, emitido por el Comité para la Protección de los Periodistas, México se encuentra situado en sexto lugar solo detrás de países que están en guerra, como Siria o Irak.
Estos datos son parte de la realidad nacional. Por un lado, tenemos la simulación diariamente en las mañaneras, desde ahí podemos ver la farsa del presidente en un intento de ‘rendición de cuentas’ con noticias o datos que solo a él le favorecen Por el otro, un ataque constante a todo aquel periodista o líder de opinión que no piensa igual, incluso hay una sección para desacreditarlos. La gravedad radica en que en nuestro país esto impacta de manera directa y se traduce en asesinatos que no son resueltos y que alcanzan una tasa de impunidad del 81%.
Para el inquilino de Palacio Nacional esto no es un problema, respetando su fiel estilo la única respuesta es que se trata de un ataque para denigrar al gobierno, la obstinación del presidente lo ciega cada día más. La realidad es que, en lo que va del mes de enero, en nuestro país ya hay dos periodistas asesinados, uno en Baja California y otro en Veracruz, la situación a todas luces es inquietante, en el exterior lo perciben tan grave que incluso la Embajada de la Unión Europea en nuestro país emitió un comunicado en el que manifiestan su preocupación por los hechos y hacen un llamado para que se aclaren los hechos. La imagen de nuestro país en el exterior empieza a decaer a tan solo tres años de este régimen morenista que, además nos tiene sumidos en varias crisis, pero en donde la corrupción y la impunidad son el sello de la casa.
No obstante, los ataques no solo provienen del presidente en señalamientos constantes, la semana pasada ante uno de los hechos más preocupantes de seguridad y violencia que ha visto nuestro país en el penal de Puebla, el gobernador advirtió a los periodistas y a los activistas que piden esclarecer el caso que ‘se cuiden en el desempeño de su profesión’, estas declaraciones no deberían de tener cabida en nuestro país. Pero esto no es más que el resultado de un movimiento que lejos de gobernar y buscar realmente el bienestar de los ciudadanos únicamente buscar ideologizar por medio de engaños.
En nuestra Constitución está claramente establecido que la libertad de expresión es un derecho humano básico, fundamental e inherente por lo que la violencia en contra de los periodista es inaceptable, se lo hemos dicho al presidente muchas veces, los están matando y a él parece no importarle. Nuestros reporteros están expuestos a todo tipo de amenazas en el cumplimiento de su deber para llevar la noticia lo más certera posible a un medio de comunicación, que en muchos casos el costo es perder la vida.
López Obrador no reacciona ante las cifras ni la realidad, lo único que puede pensar es que todo es un ataque en contra de él o de su gobierno, es a lo que estamos expuestos, es a lo que se enfrentan miles de personas todos los días. No olvidemos que atacar la libertad de expresión es un ataque directo a la democracia y con esto vemos una vez más esos tintes autoritarios de morena. Al tiempo…