El cuerpo humano tiene diversos tipos de grasa (tejido adiposo), y no todos se asocian con el aumento de peso, incluso existe uno que ayuda a controlar la obesidad: la grasa parda.
Este tejido adiposo se encuentra en la región del cuello, arriba de las clavículas; su función es generar calor. Por ello, no se acumula en el organismo ni genera el incremento de peso, explicó el doctor Roberto Tovar Palacio durante el seminario “¿Sabías que hay grasa en tu cuerpo que te protege de la obesidad?”, organizado por la Sectei de la Ciudad de México.
Dicho atributo no se observa en la grasa subcutánea o blanca, abundó el especialista, la cual se encuentra debajo de la piel y es la relacionada con la obesidad, pues únicamente se almacena.
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“¿Cuál es la ventaja de este tejido (pardo) a comparación del tejido blanco? Pues es que en lugar de ser un almacén para esa grasa que nos genera problemas de salud, va a ser un productor de calor y evitará que acumulemos grasa”, señaló Tovar Palacio.
No obstante, hay una manera de convertir la grasa blanca en tejido adiposo pardo, y es a través de estímulos que la empujen a generar energía, indicó en el mismo evento la doctora Ariana Elizabeth Vargas Castillo.
El estímulo más efectivo es el frío, agregó Vargas Castillo, pues el cuerpo humano requiere mayor cantidad de energía a bajas temperaturas. Después está el ejercicio, debido a que las actividades físicas provocan la quema de grasas subcutáneas. También se puede mediante algunos alimentos: aceite de oliva, chile, uva, frijol de soya, moras, frambuesa, arándano y té verde.