Un nuevo organismo financiero, paralelo a los Bancos del Bienestar, está en la mira del presidente Andrés Manuel López Obrador. Se trata de la Financiera del Bienestar, que tendrá la capacidad de otorgar créditos y recibir remesas y permitirá que sus usuarios puedan ahorrar, incluyendo migrantes.
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“Estamos buscando la forma también de hacer una financiera para el Bienestar. Existe el Banco del Bienestar, que está creciendo cada vez más, va a tener cerca de 3 mil sucursales, hasta en los pueblos más apartados para que la gente pueda cobrar lo que por justicia les corresponde, de pensiones y becas, pero el Banco del Bienestar queremos que se dedique, en una primera etapa, que se consolide como un banco para la dispersión de recursos”, confirmó el presidente.
“Es decir, que el adulto mayor cobre ahí. Que el que tiene la beca cobre ahí. Que el campesino que recibe el apoyo de la producción para el bienestar o Sembrando Vida, cobre ahí”, comentó López Obrador. “Ya estamos dispersando cerca de 450 mil millones de pesos y va a ir creciendo. Yo considero que ese banco va a dispersar, antes de que terminemos, cerca de 700 mil millones de pesos. Podría también ese banco hacerse cargo de ahorros, de las remesas, dar los créditos, pero no, eso lo dejamos para otras etapas”, añadió.
El presidente López Obrador afirmó que Telecomunicaciones de México (Telecomm, antes Telégrafos de México) se convertirá en la nueva financiera. “La dejaron muy en el abandono y tiene alrededor de mil 700 sucursales. En Telecomm van a seguir con los giros y los telegramas, pero ya Telecomm está recibiendo remesas y lo vamos a fortalecer para que pueda recibir remesas y también va a recibir ahorros y créditos.
“Va a ser la única institución pública para entregar los Créditos a la Palabra y las Tandas para el Bienestar”
— Andrés Manuel López Obrador, presidente de México
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AMLO concluyó con la promesa de que la Financiera del Bienestar va a tener mil 700 sucursales y que los Bancos del Bienestar van a ser complementarios, va a haber una relación.
3 PREGUNTAS CON
Roberto Durán Fernández, profesor de Economía de la Escuela de Gobierno del Tec de Monterrey.
¿Qué lecturas nos puede dar de que el Gobierno Federal lance una Financiera del Bienestar?
Primero debemos dar un paso atrás y pensar ¿por qué es importante el tema de la inclusión financiera para el desarrollo del país? Tenemos una gran literatura de investigación y evidencia que nos dice que mayor acceso a los sistemas financieros, por parte de toda la población -especialmente las personas de bajos recursos-, es algo en el beneficio del bienestar, del desarrollo y el crecimiento. De entrada, eso es bastante deseable.
El segundo punto es que, en realidad, México tiene uno de los niveles de inclusión y acceso financiero al sistema financiero más limitados de América Latina, por debajo incluso de países de nivel de desarrollo similar, lo cual es urgente atender.
Hay que recordar que México, en los últimos 10 años, ha llevado reformas al marco regulatorio del sistema financiero, que han tenido como objeto incrementar la inclusión financiera. Sin embargo, estas regulaciones y reformas realmente todavía no han sido capaces de detonar el desarrollo del sistema como lo quisiéramos.
Sobre la propuesta del presidente, es muy temprano para hacer un análisis profundo, pero las preguntas que deberíamos de analizar es si el Estado mexicano debería de estar participando directamente dentro de este tipo de actividades, y cómo debería de ser esa actividad y cuál sería la mejor manera de lograr el propósito
El Estado mexicano sí ha participado directamente en servicios financieros con éxitos importantes, como Nacional Financiera, que ha sido capaz de dar créditos a empresas que, de otra manera, no hubieran tenido acceso a los sistemas bancarios.
Lo que yo entendería es que Telecom, con la infraestructura y la capacidad que tiene para llegar hacia cualquier región, podría -en principio- tener una sinergia importante con el Banco del Bienestar para brindar servicios financieros a comunidades que se han encontrado históricamente aisladas y ajenas a el proceso de inclusión financiera. Es algo que, en teoría, podría ser beneficioso, a lo mejor para muchas comunidades que dependen del tema de las remesas, que es un sector que ha tenido poca competencia y en el que existen grandes comisiones.
La pregunta es si el crear o hacer esta transformación es mejor que tener un banco independiente. Esperemos que sean preguntas que se resuelvan más adelante.
La Financiera del Bienestar sería la vía para entregar los Créditos a la Palabra. ¿Cuáles son los retos que debe enfrentar para cumplir ese objetivo?
Poner una institución financiera es una actividad bastante compleja, que requiere ciertas actividades. Una de ellas es, sin duda, tener acceso a las comunidades. Uno pensaría que uno de los objetivos de tener esta participación directa del Estado es llegar a donde los privados, las instituciones privadas, no pueden o no quieren llegar.
Una vez resuelto esto, se empieza toda la cuestión de operaciones: “¿Cuál es el tipo de producto?, ¿Qué tipo de reglas estás solicitando?” Y que sean adecuadas a la realidad económica, a las necesidades y a la capacidad de pago de las personas.
Al final, el producto que ofrezca el sector privado o un Banco del Estado tiene que estar acorde a lo que a lo que desean y a lo que pueden tener las personas.
Sería muy importante analizar -a nivel operativo- cuál es la verdadera propuesta que se tiene y cuáles son la sinergias y las posibilidades de alianza que que hay entre las dos instituciones. Habría que entender muy a detalle cómo se implementa, si es que se implementa la idea y las reglas y el plan que en su momento establezcan las autoridades regulatorias.
¿Va por el camino correcto crear una Financiera del Bienestar?
Todo tipo de propuesta que mejore el bienestar de la población tiene que ser discutida, analizada y bienvenida. Creo que la parte importante, que nos toca a nosotros como parte de la sociedad civil y desde la academia, es poder aportar para poder ver estas propuestas simplemente de la mejor manera. Sobre todo, para entender si el Estado es el que decide este invertir en este tipo de iniciativas y proyectos y si están seguros que sea la mejor alternativa.
Parte de lo que tendríamos que estar preguntándonos en la coyuntura actual que estamos viviendo -con todas las deficiencias y todos los retos que tenemos en otros sectores- es si este es el mejor uso de los recursos y las capacidades del gobierno.
