El presidente Andrés Manuel López Obrador podría no tener apoyo internacional en su propuesta de formar un movimiento para pedir a Estados Unidos que levante el bloqueo económico a Cuba y que este país sea retirado de la lista de Países patrocinadores del terrorismo internacional, consideraron especialistas consultados por Publimetro. La razón es porque los gobiernos de izquierda, especialmente de América Latina, recién están llegando al poder y apenas están consolidándose; además que muchos valorarán su relación con EU.
El pasado 11 de febrero, en el estado de Campeche, López Obrador se reunió con su homólogo cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez. En este encuentro, México ratificó su condena irrestricta al bloqueo contra Cuba y declaró su intención de liderar los esfuerzos de la comunidad internacional para eliminar esta acción que el presidente calificó como injusta e inhumana.
Te recomendamos leer: México defiende su postura contra el bloqueo de Cuba y descarta tensiones con EU
“Asimismo, reiteró la necesidad imperiosa de que Cuba sea retirada de la “lista de Estados patrocinadores del terrorismo” del Departamento de Estado de Estados Unidos, título que impide transacciones financieras internacionales y obstaculiza operaciones de empresas extranjeras, lo que fomenta el desabasto de productos básicos”, informó el Gobierno de México.
Este lunes, durante su habitual conferencia de prensa matutina, López Obrador pidió que el bloqueo a Cuba se trate como “un tema fundamental de derechos humanos porque, sin duda, es una violación flagrante a los derechos humanos de todo un pueblo”.
“Es todo un exceso, realmente contrario a las libertades, es una ofensa a la Estatua de la Libertad, a las dignidades humanas. Eso, en vez de ayudar a la imagen de Estados Unidos, y lo digo con todo respeto, le afecta. ¡Cómo se va a estar hablando de democracia y de libertades, cuando se actúa de esa forma!”, añadió López Obrador.
Es aventurado intervenir en asuntos externos
Para Norma Soto Castañeda, especialista en Relaciones Internacionales de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle, la propuesta del presidente López Obrador es “muy aventurada, que no tiene motivo de ser”.
“Si bien es cierto que México siempre ha apoyado a Cuba, independientemente qué partido esté gobernando en el poder, es muy fuerte promover que se quite el embargo, porque eso es un problema que tienen Cuba y los Estados Unidos. Es un tema bilateral”, afirmó Soto.
La especialista considera que esta propuesta de López Obrador implica una contradicción con la política exterior de México y el principio de no intervención en asuntos externos.
Además, los líderes de América Latina no apoyarían al presidente mexicano en su movimiento, pues “es muy riesgoso y muy aventurado”, considera la analista.
“Estos gobiernos de izquierda tratan de consolidarse. Apenas están manifestando cierto camino y ciertas ideas que no están todavía muy fuertes. Siento que este es un acto que hace el presidente para congratularse con Cuba y dejar ver a los Estados Unidos que él está dispuesto a apoyar a esta serie de gobiernos. Ahora no tendría eco con los demás gobiernos de América Latina por la propia situación económica que tienen y sus vínculos con los Estados Unidos”, concluyó.
¿Qué es el embargo y bloqueo económico a Cuba?
Los antecedentes de la historia del embargo de Estados Unidos a Cuba tienen su origen el 1 de enero de 1959, cuando una unidad del ejército rebelde ingresó en La Habana, marcando el triunfo de la Revolución cubana liderada por Fidel Castro y el derrocamiento del dictador Fulgencio Batista.
En 1960, Cuba comenzó una ola de nacionalizaciones que afectó intereses estadounidenses por un valor estimado en su momento de mil millones de dólares, incluyendo tierras y refinerías de azúcar en la isla.
En consecuencia, el entonces presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower, estableció ese mismo año el primer embargo sobre la Cuba revolucionaria, que consistió en prohibir las exportaciones de Estados Unidos a Cuba, excepto medicinas y algunos alimentos, de acuerdo con CNN.
Sin embargo, en febrero de 1962, el gobierno de John F. Kennedy amplió el embargo, extendiendo las restricciones a la importaciones cubanas. Además, permitía al presidente imponer estas medidas hasta que el gobierno cubano avanzara en la compensación a los estadounidenses por las nacionalizaciones realizadas.
3 preguntas con:
Claudio Coloma, profesor de Relaciones Internacionales, Tec de Monterrey
P: El presidente López Obrador realizó una propuesta sobre liderar un movimiento en contra de las sanciones y el bloqueo a Cuba, impuesto por Estados Unidos. ¿Qué lectura puede darnos de ello?
Se puede abordar desde dos maneras. La primera, desde una perspectiva moral, mi opinión es que es positiva. Siempre va a ser bueno hacer un llamado para terminar con el bloqueo que Estados Unidos tiene. Hoy en día es totalmente injustificado tener o continuar con esa política de Estado.
Ahora, desde el punto de vista del análisis político, y desde la academia, esto me parece que es un llamado muy poco efectivo o que tiene una posibilidad mínima de concretarse.
Desde ese punto de vista político, el llamado que hace el presidente es más simbólico que real. No veo ahí la posibilidad de que el Estado mexicano pueda llevar a cabo una política exterior que permita generar este movimiento internacional, o regional, para concretar ese anuncio o ese deseo.
Es improbable -o prácticamente imposible- porque las decisiones de terminar con el embargo no dependen del gobierno estadounidense de turno. La política de terminar o continuar con el embargo es una potestad exclusiva del Congreso estadounidense y, por lo tanto, ni siquiera la Casa Blanca tiene potestad, aún cuando hay un presidente estadounidense que está a favor de terminar con el embargo. Me atrevería a decirle que ha habido más de algún presidente estadounidense a favor de ese deseo, pero esto escapa a las manos de la Casa Blanca.
P: ¿Ha habido algún momento en el que este bloqueo haya estado más cerca de concluir? Por ejemplo, con el acercamiento que hubo durante la presidencia de Barack Obama
Una cosa es el restablecimiento de relaciones políticas y diplomáticas, que -en el fondo- es el reconocimiento mutuo de los gobiernos y de las políticas exteriores, pero eso es independiente del embargo.
El embargo es potestad del Congreso estadounidense. Es decir, para que termine el embargo el Congreso y sus facciones políticas tienen que ponerse de acuerdo para que esto llegue a su fin. Naturalmente, ese candado que tiene el embargo imposibilita la buena conducción de relaciones diplomáticas por parte de Estados Unidos. Por eso el acercamiento diplomático bajo la administración Obama duró muy poco tiempo.
P: Recientemente América Latina ha virado a la izquierda. Si los líderes progresistas se suman a la propuesta de AMLO, ¿tendría un mayor eco en el Congreso de Estados Unidos?
Políticamente lo veo difícil. Aún cuando vemos en la región un resurgimiento de la izquierda de varios países que han podido llegar al gobierno, la región está recién recomponiendo sus brazos políticos y su diplomacia.
Por ejemplo, después de estos años de ostracismo que tuvo Brasil durante la era de Bolsonaro, Lula está recién reinstalando y va a tratar de recomponer las relaciones diplomáticas en la región.
Hay unos países que están teniendo problemas como Perú, o Chile que está en pleno proceso de reformulación de su institucionalidad. Entonces, no están las condiciones para que políticamente haya una articulación como en los años 2000, en pos de presionar o ejercer política ante los Estados Unidos.
Yo veo al gobierno del presidente López Obrador muy solitario en ese cometido y lo veo más en términos de cumplir con un compromiso moral -que caracteriza a esta izquierda más clásica que representa López Obrador en la región- y que otros gobiernos de izquierda no necesariamente van a compartir.
En ese sentido, estoy pensando en el gobierno de izquierda de Gabriel Boric en Chile. Los llamados socialdemócratas mexicanos citan a Gabriel Boric para rechazar las relaciones mexicano-cubanas y la entrega de la medalla del Águila Azteca, porque [Boric] no se siente cómodo dialogando con regímenes como el cubano.
No es posible prospectar que, por el hecho de tener gobiernos de izquierda, va a haber una comunidad de gobiernos abogando por el fin del embargo.
Es interesante ver que la política exterior de AMLO, si bien ha sido bastante floja (AMLO es un presidente que suele quedarse en casa y que ha renunciado un poco la política exterior) sí hay una región en la que ha querido estar de vuelta, que es el Caribe y Centroamérica.
Estos gestos que hace a Cuba están dentro de esa política y esto, más allá del simbolismo, no lo veo concretado en prácticas concretas. Lo simbólico y político que da a entender el presidente López Obrador va en un sentido totalmente opuesto a otros gobiernos que eran más condescendientes con Washington.