Los nuevos libros de texto gratuito podrían intensificar la brecha en educación, pues, para poder acceder al material complementario, es requerido tener acceso a las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) e internet.
Los nuevos libros de la SEP han generado mucha polémica, por ejemplo, por su supuesto bajo contenido de matemáticas duras y el abandono de impartición de educación por materias, tal y como se tenía previsto con anterioridad; sin embargo, estos textos contienen códigos QR que dan acceso a nuevos materiales específicos.
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Ahora, las enseñanzas se darán en los libros Lenguajes; Saberes y pensamiento científico; Ética, naturaleza y sociedades; De lo humano y lo comunitario, mismos que abordarán en diferentes secciones problemas relacionados al español o matemáticas y, para profundizar en estas ramas, plantean la vinculación digital.
Por ejemplo, en el libro Nuestros Saberes de Cuarto de Primaria, se tiene un código de acceso al libro “9. ¿Cómo cuántos?”, publicado en 1993 y compuesto por más de 80 páginas de conocimiento especializado en matemáticas.
Y, aunque esto pueda interpretarse como una buena noticia, el método para poder acceder a este libro digital promueve la dependencia a las TICs por parte de los niño. Esto no es necesariamente malo, el problema es el acceso a internet, pues hasta 2022, sólo el 37.3% de las escuelas de México ofrecen internet con fines pedagógicos.
En la Ciudad de México, gracias a su condición urbana, se cuenta con un alcance mayor en la cobertura de internet gratuito, pues las escuelas públicas e incluso parques otorgan este servicio; en cambio, en zonas rurales el acceso es menor, por lo que el apoyo de este material se vería condicionado al alcance, la impresión y posterior difusión de este contenido.
Es decir, el profesor, director o algún padre de familia con acceso a internet, en caso de que así se requiera y pueda, tendría que acceder a este contenido adicional, imprimirlo y sacarle copias para que los niños de escuelas públicas rurales puedan leer estos anexos.
Con este cambio de paradigma y metodología promovido en el proyecto “Nueva Escuela Mexicana” se espera incidir positivamente en la vinculación de la escuela con la comunidad e incrementar la curiosidad del menor para que, de este modo, se empeñe en aprender desde una perspectiva crítica; sin embargo, las carencias estructurales podrían afectar los resultados.
A pesar de que existan estas limitantes, este modelo otorga libertades al personal docente para guiar a los alumnos durante su proceso de aprendizaje, por lo que los maestros podrán ingeniárselas para suplir dichas carencias; no obstante, el IMCO advierte un problema al respecto.
Instituto Mexicano para la Competitividad AC (IMCO) sostuvo que “la autonomía sin límites de los docentes tiene riesgos”, pues no hay un límite para la autonomía curricular, lo que podría tener generar dos escenarios negativos: “aumentar la desigualdad en los aprendizajes que logran los estudiantes y acrecentar las responsabilidades y carga de trabajo del magisterio”.