La noche del 5 de abril, la policía militar ecuatoriana irrumpió en la embajada mexicana en Quito con el objetivo de detener al exvicepresidente Jorge Glas, quien se había refugiado en el lugar tras solicitar asilo político. Esta acción desató una ola de rechazo por parte de diversos gobiernos del continente.
Al respecto, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, describió el ingreso a la embajada como “un acto de barbarie, algo nunca visto en América Latina”, denunciando la violación del derecho internacional por parte del gobierno ecuatoriano. De manera similar, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, calificó los sucesos como “un acto intolerable para la comunidad internacional”.
En tanto, el gobierno chileno, encabezado por Gabriel Boric, recordó los principios establecidos en la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas de 1961, resaltando la inviolabilidad de las sedes diplomáticas y la prohibición para los agentes del estado receptor de penetrar en ellas.
Por su parte, Brasil, a través de su Ministerio de Relaciones Exteriores, condenó enérgicamente la operación policial, calificándola como un grave precedente que merece repudio. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó su solidaridad con México frente a estos hechos: “Toda mi solidaridad con el presidente y amigo Andrés Manuel López Obrador”, expresó.
Finalmente, desde Bolivia, el presidente Luis Arce condenó la irrupción policial, considerándola “inaceptable” y contraria a las normas del derecho internacional, mientras que en Colombia, el presidente Gustavo Petro, manifestó su solidaridad con México y exigió respeto por la soberanía y las normas diplomáticas.
AMLO agradece muestras de apoyo
Ante estas reacciones, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, expresó su gratitud por el apoyo recibido luego de la ruptura diplomática con el gobierno de Daniel Noboa.
Asimismo, el jefe del Ejecutivo reafirmó su respaldo hacia los diplomáticos mexicanos destacando la valentía y la integridad demostrada por la embajadora Raquel Serur Smeke y el jefe de cancillería de la embajada, Roberto Canseco, quien fue agredido físicamente por la policía militar de Ecuador.