El huracán Erick podría convertirse en el próximo fenómeno de intensificación explosiva en el Pacífico mexicano, una situación que mantiene en alerta a autoridades, científicos y a millones de personas en los estados de Oaxaca, Guerrero y Chiapas. Las condiciones oceánicas y atmosféricas actuales reflejan una situación similar a la vivida en octubre de 2023 con el huracán Otis, que pasó de tormenta tropical a categoría 5 en menos de 24 horas, arrasando Acapulco.
La intensificación explosiva de un huracán ocurre cuando los vientos máximos sostenidos aumentan al menos 56 km/h en un lapso de 24 horas o menos. Aunque es un fenómeno poco común, su peligrosidad radica en la rapidez con la que puede transformar un sistema de baja intensidad en un huracán mayor, reduciendo drásticamente el tiempo disponible para tomar medidas de protección.
¿En qué consiste la intensificación explosiva?
Entre los factores que favorecen esta intensificación figuran temperaturas oceánicas superiores a los 26-27 °C, baja cizalladura (cambio repentino en la velocidad o dirección del viento en una distancia corta) del viento, alta humedad ambiental y un desplazamiento lento del sistema. Erick, que se formó frente a las costas del Pacífico mexicano, reúne todas estas condiciones.
Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Erick pasó de tormenta tropical a huracán categoría 1 durante la madrugada del 18 de junio, y para el mediodía del mismo día ya alcanzaba la categoría 2, con vientos sostenidos de 155 km/h y rachas de 195 km/h. Expertos anticipan que podría llegar a categoría 3 antes de tocar tierra en la madrugada del 19 de junio, lo que lo colocaría muy cerca del umbral de intensificación explosiva.
En ese sentido, Fabián Vázquez Romaña, coordinador general del SMN, advirtió que el desplazamiento lento del ciclón sobre aguas extremadamente cálidas, alrededor de 31 °C, aumenta su capacidad de fortalecerse. En paralelo, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) coincidió en que Erick tiene altas probabilidades de convertirse en un huracán mayor en poco tiempo.
El fenómeno ya se localiza a solo 165 kilómetros al sur de Puerto Ángel, Oaxaca, y 345 kilómetros al sureste de Punta Maldonado, Guerrero. Su trayectoria indica que tocaría tierra entre Oaxaca y Guerrero, zonas vulnerables que aún recuerdan los estragos causados por Otis.
¿Qué provocaría la intensificación explosiva de Erick?
De alcanzar categoría 3 o superior, los impactos podrían ser devastadores. Se esperan lluvias acumuladas de entre 150 y 250 mm en zonas montañosas y costeras, con alto riesgo de inundaciones, deslaves y desbordamientos de ríos. Los vientos podrían superar los 150 km/h, dañando estructuras, tumbando árboles y provocando apagones. Además, se pronostican olas de entre 5 y 6 metros frente a las costas de Oaxaca y Chiapas, y de 4 a 5 metros en Guerrero.
Las autoridades han activado protocolos de emergencia. La Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Marina han puesto en marcha el Plan DN-III-E y el Plan Marina, respectivamente. Más de 2 mil refugios temporales han sido habilitados y se suspendieron clases y actividades en al menos 32 municipios en riesgo.
A la población se le recomienda mantenerse informada a través de fuentes oficiales como @conagua_clima, preparar kits de emergencia con alimentos, agua, linternas y documentos importantes, y evitar cruzar ríos o permanecer en zonas de alto riesgo.
