En los últimos días, han circulado imágenes y reportes que muestran a diversos integrantes y cercanos a Morena vacacionando en destinos internacionales de lujo, lo que ha desatado una fuerte polémica en redes sociales y espacios de opinión pública.
Esta situación ha puesto en entredicho el discurso de austeridad que caracterizó al gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) desde sus inicios, particularmente su frase emblemática: “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”.
De Tokio a Ibiza: la gira del privilegio
Imágenes que han circulado ampliamente en redes, muestran a Andy López Beltrán, hijo del expresidente y secretario de organización de Morena, hospedado en un hotel cinco estrellas en Tokio, Japón. Ricardo Monreal, coordinador de los diputados de Morena, fue visto en Madrid, España, disfrutando de una cena en un restaurante de lujo.
De igual forma, Enrique Vázquez, diputado cercano a Monreal, fue fotografiado en Ibiza, uno de los destinos vacacionales más costosos de Europa. A esto se suma Miguel Ángel Yunes Linares, expanista hoy aliado de Morena, relajándose en un exclusivo beach club en Italia. Incluso, Jesús Ernesto López Gutiérrez, el menor de los hijos de AMLO, fue captado en Madrid, disfrutando de la vida nocturna.
Vacacionar no es un delito, la crítica principal radica en la contradicción entre estos lujos y el discurso político que llevó a Morena al poder. La narrativa de “austeridad republicana” fue una de las banderas principales del lopezobradorismo, y hoy muchos cuestionan si fue auténtica o simplemente una estrategia electoral.
De la crítica al confort: ¿la izquierda también se descompone?
Durante años, la izquierda mexicana denunció los privilegios y excesos de la clase política tradicional, principalmente del PRI y del PAN. El mensaje era claro: los funcionarios deben vivir como el pueblo, no por encima de él.
Sin embargo, estas recientes imágenes sugieren que, una vez en el poder, algunos miembros de Morena han adoptado el mismo estilo de vida que antes le criticaban a los “prianistas”.
Vacaciones en medio del caos
Esto ha generado indignación entre muchos ciudadanos que esperaban una transformación real en el ejercicio del poder. El problema no es sólo el viaje o el gasto personal, sino el contexto, en México aún se vive inseguridad y violencia.
Los críticos argumentan que estos viajes lujosos envían un mensaje preocupante: que quienes gobiernan consideran que han hecho lo suficiente como para merecer un descanso de lujo, cuando el país aún enfrenta serios desafíos.
Al final, la percepción pública es clara: muchos sienten que la autollamada “Cuarta Transformación” ha perdido parte de su esencia, y que el poder ha revelado las verdaderas intenciones de quienes prometieron gobernar diferente.