Los aumentos de precios en México afectan principalmente a los alimentos, la inflación se dispara en ese rubro más que en servicios o energéticos, por lo que el costo de alimentarse bien se ha disparado en México, revela la FAO.
Según el reporte “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2025” del organismo internacional, el 21.4% de la población mexicana no pudo costear una dieta saludable durante 2024.
Esto representa más de una quinta parte de los habitantes del país que, por motivos económicos, no acceden a los nutrientes esenciales para una alimentación adecuada.
El documento detalla que el costo diario de una dieta saludable en México aumentó de 2.98 dólares en 2019 a 4.41 dólares en 2024.
Este encarecimiento representa una presión directa sobre los hogares de bajos ingresos, los cuales destinan una mayor proporción de sus recursos a la alimentación.
Pero no todos los alimentos suben por igual, los productos no procesados o mínimamente procesados, como frutas, verduras y carnes, tienen aumentos de precio más altos que los procesados, lo cual agrava el problema, ya que son precisamente los más nutritivos.
Productos más afectados
Entre 2019 y 2024, los alimentos que más aumentaron de precio en México están los alimentos básicos ricos en almidón:
- Trigo
- Papa
- Arroz
- Aceites comestibles
Estos productos son esenciales para millones de familias, especialmente las más vulnerables, que basan su dieta diaria en ellos. El incremento en sus precios puede socavar la seguridad alimentaria del país.
Problema global
El informe vincula el alza de los precios a varios factores internacionales, como la guerra en Ucrania, que desde 2022 afectó gravemente el mercado mundial de cereales y aceites, al ser ese país uno de los mayores exportadores globales.
La volatilidad de precios de alimentos ricos en nutrientes también contribuye a una dieta poco diversa y menos saludable.
El reporte destaca que los países que cuentan con instituciones sólidas y sistemas de protección social eficientes han podido amortiguar mejor estos impactos.
No obstante, aunque en México existen esfuerzos como programas de asistencia alimentaria, la magnitud del problema exige una mayor atención política y presupuestaria.