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Los “impuestos del terror”: así ganan más los cárteles que con las drogas

El caso del empresario limonero Bernardo Bravo en Michoacán subraya la violencia del crimen organizado, que creció 6.9% en extorsión durante el primer semestre del 2025

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El delito de extorsión alcanzó una cifra récord, con un incremento del 6.9% según Coparmex. (Imagen generada con Gem)

El crimen organizado crece a niveles inimaginables en territorio nacional, y es que la situación es alarmante porque estos grupos no solo controlan el territorio para la venta de drogas, sino también cobran impuestos de terror a comerciantes —cobro de piso— y agricultores —cuotas por cosechar— y si no obtienen las ganancias esperadas acribillan a quienes buscan ponerle freno a estos cobros indebidos, tal fue el caso de Bernardo Bravo, empresario limonero en Michoacán.

Tan solo durante el pasado mes de septiembre, cerca de 797 mercaderes y empresarios del país denunciaron en las 32 fiscalías estatales ser víctimas del delito de extorsión, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Y aunque especialistas en seguridad advierten que en este delito la cifra negra es de las más altas, tan solo en los nueve meses que van de este 2025, un total de ocho mil 82 personas denunciaron ser víctima de la extorsión.

Ante la gravedad del problema, el pasado 17 de octubre la presidenta Claudia Sheinbaum envió al Congreso una iniciativa de ley para prevenir, investigar y sancionar el delito de extorsión.

A partir de la iniciativa se plantean penas de seis a 15 años de prisión contra los agresores, aunque también se determinan una serie de agravantes como el cobro de piso, que es precisamente la modalidad que afecta a productores y distribuidores de alimentos en el país.

Al respecto, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) estima que en este año la extorsión alcanzó una cifra récord, y es que durante el primer semestre del 2025 el delito tuvo un incremento del 6.9%, respecto al mismo periodo del año anterior.

¿Cuánto gana el narco con el impuesto del terror?

El asesinato del líder limonero Bernardo Bravo puso a Michoacán en el ojo del huracán en cuanto a la violencia en el Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, y es que este crimen evidenció que no solo los agricultores de aguacate eran víctimas de la extorsión.

Ahora también los productores de limón, quienes debido a la rápida expansión del crimen organizado en esa región, pasaron de pagar a los cárteles dos pesos por cada kilo cosechado a cuatro pesos por cada kilo, situación que deja al crimen organizado una ganancia de al menos cuatro mil millones de pesos al año, y es que en 2024 la producción limonera de Michoacán fue de un millón de toneladas.

Por su parte, el Observatorio de Seguridad Humana de la Región de Apatzingán, en Michoacán, alertó que el estado vive una mutación de violencia, y es que para el crimen organizado ahora es más sencillo obtener ganancias de la extorsión que de la fabricación y tráfico ilegal de drogas, dado que no se necesitan precursores o laboratorios.

¿Quién era Bernardo Bravo y qué le pasó?

Bernardo Bravo Manríquez era presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, y el pasado 20 de octubre su cuerpo fue hallado sin vida en un camino rural al sur de este municipio de Michoacán.

De acuerdo con el reporte, el cuerpo de Bernardo presentaba lesiones en la cabeza por una cacha de una pistola, así como un disparo de arma de fuego, posiblemente de calibre 38, proyectil que le arrebató la vida.

Hasta el momento los únicos detenidos por el asesinato de Bernardo Bravo están vinculados al grupo de Los Viagra, un cártel que logró infiltrarse en las asociaciones campesinas y vigilaba los movimientos de Bravo Manríquez.

Uno de ellos es Rigoberto López Mendoza, quien al momento de su detención tenía 25 mil pesos en efectivo, una bolsa de marihuana y una credencial que lo acreditaba como productor de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán.

El terror de los productores:

  • En el caso del estado de Michoacán, serían cuatro los grupos criminales que estarían extorsionando a los productores en Michoacán, tal como Los Viagra, quienes operan principalmente en los municipios de Apatzingán y Buenavista.
  • También están, Los Templarios, el Cártel Jalisco Nueva Generación y Cárteles Unidos, cárteles de la droga que estarían obteniendo ganancias millonarias a costa de los productores y disputando el terreno para ganar más presencia en el estado.
  • Bernardo Bravo fue asesinado como su padre, Don Berna, quien fue secuestrado, torturado y muerto hace casi una década tras negarse a pagar las cuotas impuestas por células criminales que exigían cantidades millonarias.
  • En el 2013, Los Templarios tenían bajo su dominio a aguacateros y limoneros de Michoacán con el cobro de cuotas.
  • Los productores relatan que ahora el mecanismo de sometimiento es doble, ya que pagan una cuota al cártel grande, principalmente Los Viagras, y otra a grupos locales, como Los Templarios, que exigen un segundo cobro “por derecho de piso rural”.
  • Se calcula que hay hasta 30 células delictivas que ejercen control sobre productores y trabajadores.

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