El combate contra el crimen organizado en Michoacán dio un giro inesperado, y es que autoridades federales desmantelaron siete tomas clandestinas de robo de combustible, detuvieron a cinco delincuentes y aseguraron vehículos, así como armamento, una operación que enciende las alertas por las rutas del huachicol.
Como parte del Plan Michoacán, el Gabinete de Seguridad y autoridades locales, desplegaron un operativo en huertas de aguacate y zonas industriales de municipios como Nuevo San Juan, Parangaricutiro, Villa Madero y Zitácuaro; territorios donde la presión y extorsión criminal creció.
Además, las autoridades realizaron visitas a empacadoras e industrias de la región, las cuales han denunciado en diversas ocasiones el acoso y presión por parte de las bandas delictivas por el cobro de piso.
Un noviembre rojo: más armas, más droga y más detenidos
Las cifras del último mes muestran la magnitud del golpe. Entre el 10 de noviembre y el 1 de diciembre, las autoridades detuvieron a 147 personas, aseguraron:
- 60 armas de fuego
- 6,954 cartuchos
- 365 cargadores
- 121 vehículos
- 89 artefactos explosivos
- 53 kilos de material explosivo
- 426 kilos de metanfetamina
- 28,800 litros y 7,300 kilos de precursores químicos
- 9 campamentos criminales inhabilitados
El despliegue refleja una estrategia que busca cerrar el paso a las finanzas criminales en uno de los estados donde los cárteles han diversificado sus operaciones: del huachicol, al cobro de piso, hasta el control del mercado del aguacate.
En tanto, los operativos avanzan, pero revelan un problema estructural, sobre cómo las organizaciones criminales están profundamente enraizadas en las cadenas productivas rurales.
“Las instituciones que integran el Gabinete de Seguridad refrendan su compromiso de trabajar de manera coordinada con autoridades locales a favor de la población de Michoacán y con ello fortalecer la seguridad para la construcción de paz”, acotó el Gabinete de Seguridad.