PRAGA, 3 (DPA/EP)
Más de 3.000 funcionarios checos han suscrito una carta en la que piden al nuevo primer ministro, Petr Fiala, que paralice la obligatoriedad de la vacuna contra la COVID-19 que entrará en vigor el próximo 1 de marzo, alegando que una ola masiva de ceses podría poner en riesgo «las funciones básicas del Estado».
Militares, policías y bomberos figuran entre los firmantes de esta misiva, que se ha hecho pública este lunes con la esperanza de que el actual Gobierno revierta la medida que adoptó el anterior, encabezado por Andrej Babis.
Según datos oficiales, la tasa de vacunación en la Policía y los Bomberos ronda el 75 por ciento, mientras que en las Fuerzas Armadas asciende hasta el 85 por ciento.
Las autoridades sanitarias de República Checa estiman en 335 por 100.000 habitantes la incidencia de casos de COVID-19 a siete días, si bien el dato real sería mayor habida cuenta de que se han realizado menos pruebas durante estas pasadas fiestas.
