El Ministerio de Salud de Brasil aseguró este martes que «la mayoría» de las cerca de 100 mil personas que participaron en la consulta popular sobre la necesidad de prescripción médica para vacunar contra el coronavirus a menores de entre 5 y 11 años se ha mostrado en contra de este requisito.
Rosana Leite de Melo, al frente de la Secretaría de Lucha contra el coronavirus, informó que de las 99 mil 309 personas que han participado, «la mayoría se ha mostrado en contra de la prescripción médica para la vacunación», así como a que sea obligatoria, informa ‘Folha de Sao Paulo’.
A su vez, también la mayoría de las personas consultadas está a favor de que los niños con comorbilidades tengan prioridad a la hora de poder acceder a la vacuna, en este caso de la farmacéutica Pfizer.
La consulta, que terminó este domingo, ha generado cierta polémica en Brasil, después de que algunos departamentos estatales de Salud señalaran que no era más que otro intento del presidente, Jair Bolsonaro, por torpedear la vacuna en el país y anunciaran que no solicitarían prescripción médica alguna.
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Está previsto que el Ministerio de Salud confirme este jueves la disponibilidad de la vacuna de Pfizer para niños entre 5 y 11 años, una vez que ya contaba desde hace varias semanas con el visto bueno de la agencia del medicamento brasileño, Anvisa.
Este lunes, el ministro de Salud, Marcelo Queiroga, ya adelantó que Brasil daría acceso a la vacuna a los más pequeños, defendiendo que la consulta popular era un mecanismo para «ampliar el debate sobre esta cuestión», apenas unos días después de haberse mostrado partidario de un justificante médico para poder ser suministrada en aquellos niños con enfermedades graves previas.
Los ataques de Bolsonaro a la vacuna contra el coronavirus han sido una constante desde que comenzó a desarrollarse, algunos un tanto peregrinos, como aquellos que relacionaban su uso con el aumento de bello fácil en las mujeres o bien hacía más aguda la voz de los hombres.
«Si te conviertes en mono o caimán, será tu problema», llegó a espetar en una ocasión para justificarlas trabas que el Gobierno estaba poniendo a Pfizer para llevar a cabo la primera compra de dosis.
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