MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
Un tribunal de Praga ha condenado este martes a 21 años de prisión a Martin Sukup, un exsoldado checo acusado de terrorismo y participación en un grupo terrorista por su papel «activo» en el conflicto de Ucrania del lado de los separatistas prorrusos.
La acusación ha sostenido que Sukup, que dejó el Ejército de República Checa en 1997, viajó a la región de Donetsk en junio de 2014 donde, «armado» y «equipado», participó «activamente» en la batalla contra el Ejército ucraniano.
Según el fiscal Marek Bodlak, ocupó varios cargos en las estructuras militares de la autoproclamada República Popular de Donetsk al menos hasta mayo de 2018, tal y como ha recogido la agencia de noticias checa CTK.
«En cuanto al hecho de que el acusado abandonó el territorio de República Checa y que se unió a las estructuras de los grupos separatistas no tuvimos ninguna duda», ha indicado la jueza, Silvie Slepickova. La magistrada ha mencionado, por ejemplo, las fotos que Sukup envió a otras personas, en las que presumía de las medallas que recibió por «méritos de combate y la liberación de Donbás».
Por su parte, la abogada del exsoldado ha señalado que no ha sido posible probar la culpabilidad de su cliente y ha explicado que la acusación se basa «únicamente en artículos periodísticos y declaraciones en redes sociales». Asimismo, ha pedido considerar la posibilidad de que Sukup no fuera a Ucrania para unirse al conflicto, sino para comenzar una nueva vida allí, como lo demuestra el hecho de que formó una familia.
La sentencia, que no es firme, prevé un incremento de un tercio de la pena impuesta porque Sukup, que actualmente está prófugo, cometió delitos en nombre de un grupo organizado.
La ley checa brinda protección contra actos terroristas y estados extranjeros. Si Sukup es detenido y trasladado a República Checa, puede solicitar un nuevo juicio, en el que no podrá ser castigado más severamente que la primera vez.
Las provincias de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania, viven desde hace años un conflicto armado que enfrenta a las tropas del Gobierno y a los separatistas prorrusos, sin que los esfuerzos de mediación internacional hayan permitido lograr poner fin a la guerra.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política al conflicto, pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia, cuyo resultado Naciones Unidas estima en unos 13.000 muertos.