BUENOS AIRES (AP) — El presidente argentino Alberto Fernández fue elegido el viernes para ejercer en 2022 la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), un foro que busca la integración regional y en el cual varios de sus integrantes están enfrentados con Estados Unidos.
Fernández reemplazará a su colega mexicano Andrés Manuel López Obrador al frente del bloque regional de 33 países latinoamericanos que comenzó a funcionar en 2011 como un mecanismo intergubernamental de diálogo y que, según analistas, es el contrapeso en la región de la Organización de los Estados Americanos (OEA), donde Estados Unidos ejerce una influencia histórica.
La designación del mandatario argentino fue realizada de forma unánime en Buenos Aires durante la XXII cumbre de cancilleres de la CELAC, que entró en funcionamiento cuando en el continente gobernaban dirigentes centroizquierdistas y populistas como Hugo Chávez, en Venezuela; Néstor Kirchner, en Argentina, y Evo Morales, en Bolivia.
En una intervención ante los cancilleres presentes, Fernández dijo que el bloque «no nació para oponerse a alguien, para enfrentarse con alguna de las instituciones existentes; no nació para inmiscuirse en la vida política y económica de ningún país; nació como un foro en favor de nosotros mismos que siempre promovió el consenso y la pluralidad».
La cumbre tiene lugar en momentos en que el gobierno argentino ha reconocido los escollos existentes para la consecución de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional -que tiene a Estados Unidos entre sus miembros de mayor peso- con el fin de refinanciar un préstamo de unos 44.000 millones de dólares otorgado a Argentina en 2018 cuando gobernaba el presidente conservador Mauricio Macri (2015-2019).
Fernández agradeció el apoyo de todos los países presentes en las negociaciones entabladas con el organismo de crédito. “Uno se siente más fuerte sabiendo que los hermanos latinoamericanos y caribeños lo están acompañando”, sostuvo.
En tanto, el canciller argentino Santiago Cafiero sostuvo que «trabajaremos en el fortalecimiento institucional de la CELAC con espacios de diálogo y concertación, siempre con la agenda abierta, siempre convocando a todos y escuchando todas las voces”.
En la cita regional no estuvo presente Brasil. El gobierno de Jair Bolsonaro suspendió en 2020 su participación en actividades del bloque al sostener que daba protagonismo a regímenes no democráticos, en alusión a Nicaragua, Venezuela y Cuba.
La designación de Argentina en la presidencia se produjo luego de varios meses de intensas conversaciones con los países miembros.
Según analistas, con este paso la nación sudamericana busca situarse como una interlocutora de peso en la región frente a los planteamientos de Estados Unidos y en línea con el acercamiento de varios países latinoamericanos a China.
Partidos opositores como PRO, el espacio político que tiene entre sus dirigentes al expresidente Macri, señalaron que la asunción de la presidencia de la CELAC debe ir acompañada de la promoción por parte de Argentina de “la restauración y vigencia de la democracia y los derechos humanos en todos los países».
En ese sentido instó a que el gobierno alerte «por la situación que en materia de derechos humanos tiene lugar en tres países como Cuba, Nicaragua y Venezuela” donde “se ha verificado una sistemática vulneración de los derechos individuales y las libertades”.
El partido opositor cuestionó además “las concesiones que el gobierno ha hecho o pueda realizar en pos de la obtención de votos o el evitar vetos frente a los abusos evidentes de las dictaduras” en los países mencionados.