MAKURDI, Nigeria (AP) — Más de 100 personas han sido asesinadas en tres días de violencia en una conflictiva región del norte de Nigeria, contaron sobrevivientes a The Associated Press, mientras las autoridades continúan la búsqueda de víctimas y sospechosos.
Varios hombres armados llegaron la tarde del martes a las zonas de Anka y Bukkuyumu, en el estado de Zamfara, y comenzaron a abrir fuego e incendiar casas hasta el jueves, relató Abubakar Ahmed, un residente de Bukkuyum.
“Mataron a más de 100 personas”, dijo Ahmed, quien aseguró que el ataque afectó a unas nueve comunidades.
Aliyu Anka, un residente de Anka, aseguró también que hubo más de 100 personas asesinadas. En una población “mataron a personas mayores de 20 año”, narró. “Enterraron a algunos, quemaron a otros y seguimos buscando cadáveres”.
Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad del ataque, pero muchos culpan a los grupos armados que han realizado miles de secuestros y asesinatos en los estados del noroeste y centro de la nación del occidente africano.
Ibrahim Dosara, comisionado de prensa de Zamfara, dijo a The Associated Press que están a la espera de más información sobre el ataque, como el número de víctimas. Por el momento, ya se envió una aeronave militar y fuerzas de seguridad mientras continúa la búsqueda de los perpetradores, aseguró.
El país más poblado de África ha atravesado problemas para contener los focos de inseguridad, como estos ataques violentos, particularmente en una conflictiva región del norte. Sin embargo, el incidente más reciente ha sido uno de los más letales en años recientes.
Se produce precisamente en momentos en que las autoridades en Nigeria aseguraron que avanzaban en la lucha contra los grupos armados. La violencia generalizada en el noroeste del país se suma a una insurgencia extremista islámica de más de una década en el noreste de Nigeria.
Algunos de los agresores —a los que las autoridades nigerianas han designado como grupos terroristas— han comenzado a unir fuerzas con rebeldes extremistas, afirman analistas de seguridad y residentes.
Los grupos armados consisten en su mayoría de jóvenes de la etnia fulani, que tradicionalmente trabajan como pastores nómadas de ganado y que desde hace varias décadas están en conflicto con las comunidades granjeras hausa debido al acceso al agua y tierras de pastoreo.