MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
Al menos seis personas han fallecido y otras 20 han desaparecido por el desprendimiento de parte de un acantilado sobre el Lago de Furnas en la ciudad de Capitolio, situada en el estado de Minas Gerais, en el sureste de Brasil.
La primera llamada alertando del suceso se ha producido en torno a las 12.30 horas (hora local), y las primeras informaciones apuntan que cuatro embarcaciones han recibido el impacto de las rocas, de las cuales dos se han hundido, hiriendo a más de 30 personas, tal y como apunta la prensa local.
El portavoz del cuerpo de Bomberos, el teniente Pedro Aihara, ha confirmado que hay en torno a 40 efectivos desplazados a la zona y que cuentan con una aeronave dotada del equipamiento idóneo en caso de que fuera necesaria la evacuación urgente de las víctimas.
Aihara además ha confirmado el hundimiento de dos de las embarcaciones, con catorce y diez personas a bordo cada una. Las otras dos embarcaciones que han recibido impactos contaban con diez y ocho personas en su interior, según apunta el diario ‘Folha de Sao Paulo’.
El comandante del Departamento de Bomberos de Minas Gerais, Edgard Estevo da Silva, ha confirmado que aún hay varias personas desaparecidas y que las labores de búsqueda y rescate se están llevando a cabo en base a las informaciones otorgadas por testigos y agencias de turismo locales.
A la salida de un evento privado en la capital, Brasilia, el presidente del país, Jair Bolsonaro, ha tildado el suceso de «fatalidad», si bien ha asegurado no haberse enterado de lo acontecido hasta su salida de la reunión.
El alcalde de Capitolio, Cristinao Silva, ha trasladado su pésame a las familias de los fallecidos y ha informado de que los hospitales de la zona se encuentran a pleno rendimiento.
«Estamos en estado de shock con esto, y nos solidarizamos con las víctimas, los heridos y los muertos. No fue una tromba marina, fue un desplazamiento de piedra que golpeó algunos botes», ha señalado en un vídeo publicado en sus redes sociales.
En la misma línea se ha manifestado el gobernador de Minas Gerais, Romeu Zema, quien ha asegurado estar sintiendo «dolor» por la «tragedia».