Afirma que los contactos con los grupos serán «discretos» para que tengan «éxito»
MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, ha advertido este martes de que «votar en contra de la reforma laboral es votar a favor de la reforma de 2012», que fue una reforma «brutal» contra los trabajadores, «impuesta, unilateral y absolutamente desequilibrada», ha denunciado.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Bolaños ha defendido las bondades de la reforma laboral y ha asegurado que «le cuesta creer que formaciones políticas progresistas» y partidos con «sentido de Estado, sentido de la responsabilidad y sentido común» vayan a oponerse a una norma que es buena para trabajadores y empresas y que además ha sido pactada entre sindicatos y empresarios, los protagonistas de las relaciones laborales.
El ministro ha afirmado que el Gobierno mantendrá contactos con todas las formaciones políticas para sacar adelante la reforma laboral, empezando por sus socios parlamentarios.
«Es una reforma equilibrada (…) Es una ley absolutamente positiva, que además es fruto del diálogo entre los agentes sociales, que son los protagonistas de las relaciones laborales. Es una norma a la que de manera natural se tienen que sumar la gran mayoría de los grupos y quien no se sume, tendrá que explicar por qué no se suma a una norma que mejora la situación de los trabajadores y de las empresas», ha subrayado.
EL GOBIERNO NO QUIERE TRAMITAR LA REFORMA COMO PROYECTO DE LEY
El ministro ha recordado que el Gobierno sólo cuenta con 155 escaños en el Congreso y que volverá a recurrir a la «cultura del diálogo» para recabar apoyos a la reforma. Así, ha reiterado que hablará «con todos los grupos», primero con sus socios, pero ha precisado que serán contactos «discretos» a fin de que resulten «eficaces» y «tengan éxito».
Estos contactos se limitarán a conseguir los apoyos para ratificar el decreto de reforma laboral, ya que fuentes del Ejecutivo han trasladado que la idea es que se apruebe tal cual está y no se tramite como proyecto de ley para que no se puedan introducir enmiendas que «desequilibren» el acuerdo alcanzado con los agentes sociales.