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El Papa reza por tantos desempleados por la pandemia y recuerda que están desesperados y algunos se han quitado la vida

El Papa ha recordado este miércoles a tantas personas que han perdido el trabajo por la crisis económica generada por la pandemia, recalcando que están desesperados y algunos se han quitado la vida. También ha pedido que el mercado no solo tenga en cuenta “la mera lógica de las ganancias”.

ROMA, 12 (EUROPA PRESS)

El Papa ha recordado este miércoles a tantas personas que han perdido el trabajo por la crisis económica generada por la pandemia, recalcando que están desesperados y algunos se han quitado la vida. También ha pedido que el mercado no solo tenga en cuenta «la mera lógica de las ganancias».

«Durante la pandemia, son tantas las personas que han perdido el trabajo y algunas, escachadas por un peso insoportable, han llegado al punto de quitarse la vida. Me gustaría recordar a todos ellos y a sus familias. Guardemos un instante de silencio recordando a estos hombres y mujeres desesperados porque no encuentran trabajo», ha denunciado el Papa durante la audiencia general de este miércoles.

El Pontífice ha dedicado su catequesis a la figura de San José y, en concreto, a su faceta de carpintero. Un dato biográfico de José y de Jesús que al Papa le hace pensar «en todos los trabajadores del mundo, de forma particular en aquellos que hacen trabajos duros en las minas y en ciertas fábricas», pero también en los que son «explotados y obligados a cobrar en negro» o en los niños que son obligados a trabajar o a hurgar en la basura para encontrar algo que poder intercambiar.

El Papa ha denunciado la situación de los desocupados que van «de puerta en puerta» llamando y se sienten «heridos en su dignidad» y ha lamentado que el trabajo es «a menudo rehén de la injusticia social» al hablar de las víctimas de los accidentes laborales.

Lo que da dignidad, según ha destacado, no es «traer el pan a casa» sino «ganarse el pan» y ha especificado que si no se da a la gente la capacidad de ganarse el pan es una «injusticia social».

«Muchos jóvenes, muchos padres y muchas madres viven el drama de no tener un trabajo que les permita vivir serenamente. Y muchas veces la búsqueda se vuelve tan dramática que les lleva hasta el punto de perder toda esperanza y deseo de vida», ha dicho.

El obispo de Roma ha lamentado que «no se tiene lo suficientemente en cuenta el hecho de que el trabajo es un componente esencial en la vida humana, y también en el camino de santificación» y que «lamentablemente el trabajo es a menudo rehén de la injusticia social y, más que ser un medio de humanización, se convierte en una periferia existencial».

En este sentido, ha reclamado que todos los actores sociales trabajen para que el trabajo «sea rescatado de la lógica del mero beneficio y pueda ser vivido como derecho y deber fundamental de la persona, que expresa e incrementa su dignidad».

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