El CICR recuerda que hay «un conflicto en curso» con «graves consecuencias humanitarias»
MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
El pulso político que libran Kiev y Moscú y sus posibles derivadas militares amenazan con elevar las tensiones en el Donbás, una región del este de Ucrania que lleva casi ocho años pendiente de una guerra que no cesa. El goteo de incidentes es constante y la ONU ha redoblado su petición de ayuda para la zona.
Más de 13.000 personas han muerto desde el inicio del conflicto. Aunque el nivel de enfrentamientos ya no es el mismo que cuando comenzó la guerra y hay un alto el fuego en vigor desde julio de 2020, las partes se acusan de forma reiterada de violar los compromisos a golpe de ataques o, cuanto menos, amenazas.
La coordinadora humanitaria de la ONU para Ucrania, Osnat Lubrani, advirtió hace unas semanas de que los combates son cada vez «más frecuentes» y sólo en noviembre de 2021 se registraron casi 550 incidentes de seguridad, un 22 por ciento más que en mismo mes del año anterior.
Entre enero y noviembre de 2021, 90 civiles murieron y resultaron heridos, lo que demuestra que es la población la que «sigue pagando el precio más alto» de este conflicto, en palabras de Lubrani.
Las Fuerzas Armadas de Ucrania han informado de la muerte el martes de un militar, a raíz de una supuesta «violación» de ese alto el fuego por parte de las fuerzas separatistas que controlan las provincias de Donetsk y Lugansk y que tienen como principal valedor a la vecina Rusia.
Precisamente el reciente despliegue de tropas rusas en zonas cercanas a la frontera ha suscitado recelos, tanto para Kiev como para sus socios internacionales, incluidos Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN. Temen una invasión, pero Moscú quita hierro a estos movimientos y devuelve la pelota a la otra parte apelando igualmente a supuestas amenazas por el acercamiento ucraniano a la Alianza Atlántica.
MÁS ALLÁ DE LOS TITULARES
«Es posible que Ucrania vuelva a estar ahora entre los principales titulares internacionales, pero nunca dejó de estarlo para las personas que sufren los enfrentamientos», señala el director de actividades operacionales del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Dominik Stillhart, que baja a la tierra el habitualmente abstracto debate político.
En este sentido, recuerda en un comunicado que quienes viven en el este de Ucrania «saben algo que muchas otras (…) han olvidado», que hay «un conflicto en curso» con «graves consecuencias humanitarias»
La ONU estima que en 2022 2,9 millones de personas necesitarán asistencia humanitaria en Ucrania. Para atender la emergencia, ha reclamado 190 millones de dólares (más de 167 millones de euros), con el objetivo de atender a 1,8 millones de ciudadanos en situación vulnerable –la cifra más alta desde 2017–.
Stillhart señala que, «con frecuencia», cientos de miles de personas que viven cerca de lo que se conoce como ‘línea de contacto’ –el límite entre los territorios controlados por cada uno de los dos bandos– «sufren la interrupción del acceso a la atención médica, los alimentos, el agua, la calefacción y la electricidad, pero también a la educación, los servicios sociales y las oportunidades de trabajo».
Una de las reivindicaciones recurrentes de las organizaciones humanitarias es precisamente aliviar la situación en torno a la ‘línea de contacto’, por ejemplo facilitando el paso de la población civil. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, también abogó esta semana por abrir nuevos pasos.
Zelenski propuso, además, una reunión de líderes en el marco el Cuarteto de Normandía, del que también forman parte Rusia, Francia y Rusia. El mandatario de Ucrania dijo estar dispuesto a tomar «las decisiones que sean necesarias» para «terminar el conflicto», ya que no en vano llegó al poder con la promesa de terminar la guerra bajo el brazo.
Los gobiernos de Estados Unidos y Rusia mantuvieron el lunes una primera ronda de negociaciones sobre temas de seguridad y la OTAN y Rusia se sientan también este miércoles a abordar las tensiones militares en la frontera con Ucrania.