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El análisis de un meteorito marciano muestra las reacciones que crearon los componentes básicos de la vida en la Tierra

Las moléculas orgánicas encontradas en un meteorito que se precipitó a la Tierra desde Marte se sintetizaron durante las interacciones entre el agua y las rocas que se produjeron en el Planeta Rojo hace unos 4.000 millones de años, según un nuevo análisis dirigido por Andrew Steele, del Instituto Carnegie, en Estados Unidos, y publicado en la revista ‘Science’.

MADRID, 13 (EUROPA PRESS)

Las moléculas orgánicas encontradas en un meteorito que se precipitó a la Tierra desde Marte se sintetizaron durante las interacciones entre el agua y las rocas que se produjeron en el Planeta Rojo hace unos 4.000 millones de años, según un nuevo análisis dirigido por Andrew Steele, del Instituto Carnegie, en Estados Unidos, y publicado en la revista ‘Science’.

El meteorito, llamado Allan Hills (ALH) 84001, fue descubierto en la Antártida en 1984 y se considera uno de los proyectiles más antiguos conocidos que llegaron a la Tierra desde Marte.

«Analizar el origen de los minerales del meteorito puede servir de ventana para revelar tanto los procesos geoquímicos que se produjeron en los primeros tiempos de la historia de la Tierra como el potencial de habitabilidad de Marte», explica Steele, que ha investigado a fondo el material orgánico de los meteoritos marcianos y es miembro de los equipos científicos de los rovers ‘Perseverance’ y ‘Curiosity’.

Las moléculas orgánicas contienen carbono e hidrógeno, y a veces incluyen oxígeno, nitrógeno, azufre y otros elementos. Los compuestos orgánicos suelen asociarse a la vida, aunque también pueden crearse mediante procesos no biológicos, lo que se conoce como química orgánica abiótica.

Durante años, los científicos han debatido la historia del origen del carbono orgánico encontrado en el meteorito Allan Hills 84001, con posibilidades que incluyen varios procesos abióticos relacionados con la actividad volcánica, eventos de impacto en Marte, o la exposición hidrológica, así como potencialmente los restos de antiguas formas de vida en Marte o la contaminación de su aterrizaje forzoso en la Tierra.

El equipo dirigido por Steele, en colaboración con investigadores del Centro Alemán de Investigación en Geociencias GFZ, la Universidad Libre de Berlín, el Centro Espacial Johnson de la NASA, el Centro de Investigación Ames de la NASA y el Instituto Politécnico Rensselaer, utilizaron una serie de sofisticadas técnicas de preparación y análisis de muestras -incluyendo imágenes a nanoescala, análisis isotópico y espectroscopia- para revelar el origen de las moléculas orgánicas en el meteorito Allan Hills 84001.

Encontraron evidencias de interacciones agua-roca similares a las que se producen en la Tierra. Las muestras indican que las rocas marcianas experimentaron dos importantes procesos geoquímicos. Uno, llamado serpentinización, se produce cuando las rocas ígneas ricas en hierro o magnesio interactúan químicamente con el agua que circula, cambiando su mineralogía y produciendo hidrógeno en el proceso.

El otro, llamado carbonización, implica la interacción entre las rocas y el agua ligeramente ácida que contiene dióxido de carbono disuelto y da lugar a la formación de minerales de carbonato.

No está claro si estos procesos fueron inducidos por las condiciones acuosas circundantes de forma simultánea o secuencial, pero las pruebas indican que las interacciones entre el agua y las rocas no se produjeron durante un periodo prolongado. Lo que sí es evidente es que las reacciones produjeron material orgánico a partir de la reducción del dióxido de carbono.

Estas características mineralógicas son raras en los meteoritos marcianos, y aunque la carbonización y la serpentinización se han mostrado en estudios orbitales de Marte y la carbonización se ha encontrado en otros meteoritos marcianos menos antiguos, éste es el primer caso de estos procesos que se producen en muestras de Marte antiguo.

Steele ha detectado moléculas orgánicas en otros meteoritos marcianos y en su trabajo con el equipo de Análisis de Muestras en Marte (SAM) del rover Curiosity, lo que indica que la síntesis abiótica de moléculas orgánicas ha formado parte de la geoquímica marciana durante gran parte de la historia del planeta.

«Este tipo de reacciones geológicas no biológicas son responsables de una reserva de compuestos de carbono orgánico a partir de los cuales podría haber evolucionado la vida y representan una señal de fondo que debe tenerse en cuenta al buscar pruebas de vida pasada en Marte», concluye Steele.

«Además, si estas reacciones se produjeron en el antiguo Marte, deben haber ocurrido en la antigua Tierra, y posiblemente podrían explicar los resultados que tenemos de la luna de Saturno Encélado también –continúa–. Todo lo que se requiere para este tipo de síntesis orgánica es que una salmuera que contenga dióxido de carbono disuelto se filtre a través de las rocas ígneas. La búsqueda de vida en Marte no es sólo un intento de responder a la pregunta de si estamos solos sino también se relaciona con los entornos terrestres primitivos y aborda la cuestión de de dónde venimos».

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