MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
Un estudio de la Universidad de Calgary (Canadá) ha hallado resultados prometedores del fármaco hidroxicloroquina cuando se utiliza para tratar la evolución de la discapacidad de la esclerosis múltiple primaria progresiva (EMPP), la forma menos tratable de esta enfermedad autoinmune.
En su trabajo, publicado en la revista científica ‘Annals of Neurology’, descubrieron que la hidroxicloroquina ayudaba a ralentizar el empeoramiento de la discapacidad durante un estudio de 18 meses.
«En el caso de la EM primaria progresiva, no existe un buen tratamiento para detener o revertir la progresión de la enfermedad. La discapacidad empeora progresivamente con el tiempo. El equipo de investigación ha examinado un gran número de medicamentos genéricos durante varios años y los resultados con la hidroxicloroquina son prometedores. Nuestro ensayo es un éxito preliminar que requiere más investigación. Esperamos que compartir estos resultados contribuya a inspirar ese trabajo, concretamente ensayos clínicos a mayor escala en el futuro», ha comentado uno de los líderes del estudio, Marcus Koch.
El estudio experimental, conocido como ensayo de futilidad de fase II de un solo brazo, realizó un seguimiento de 35 personas entre noviembre de 2016 y junio de 2021. Los investigadores esperaban ver que al menos el 40 por ciento, o 14 participantes, experimentaran un empeoramiento significativo de su función de caminar, pero al final del ensayo solo ocho participantes habían empeorado. En general, la hidroxicloroquina fue bien tolerada.
La hidroxicloroquina es un medicamento antimalárico que se utiliza más habitualmente para controlar los síntomas de la artritis reumatoide y las enfermedades autoinmunes, como el lupus. Se eligió porque se utiliza mucho en las enfermedades reumatológicas y, en general, se tolera bien.
La causa de la EM sigue siendo desconocida, si bien un estudio publicado este viernes apunta a la posibilidad de que el virus de Epstein-Barr podría estar directamente relacionado. Es una enfermedad en la que el sistema inmunitario del cuerpo ataca sus propios tejidos y suele ser de larga duración, afectando a menudo al cerebro, la médula espinal y los nervios ópticos de los ojos. Puede causar problemas de visión, equilibrio y control muscular, aunque los efectos son diferentes para cada persona que padece la enfermedad.