MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de Estados Unidos ha negado haber mediado un acuerdo para que Israel entregue de forma indirecta gas natural a Líbano, horas después de que el Ministerio de Energía libanés desmintiera de manera categórica informaciones de la cadena israelí Canal 12 sobre este supuesto pacto.
«Las informaciones de medios sobre que Estados Unidos ha mediado un acuerdo energético entre Israel y Líbano son falsas», ha dicho la Oficina para Asuntos de Oriente Próximo del Departamento de Estado estadounidense a través de su cuenta oficial en la red social Twitter.
Según las informaciones de Canal 12, el acuerdo habría sido mediado por Amos Hochstein, enviado especial y coordinador para Energía Internacional de Estados Unidos y habría sido firmado en secreto durante el fin de semana. El pacto incluiría el traslado de gas desde el campo de Leviathan a Jordania, desde donde sería trasladado a Siria y posteriormente a Líbano.
La citada cadena afirmó que para la puesta en marcha del acuerdo sería necesario reparar y extender un gasoducto existente entre estos países, lo que podría llevar varios años, al tiempo que agregó que el acuerdo había sido aprobado por Washington y coordinado con el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Así, uno de los objetivos sería reducir la dependencia de Líbano de Irán ante la crisis económica que sufre el país, que ha derivado en cortes de suministro. Sin embargo, el Ministerio de Energía libanés afirmó que un acuerdo así sería «políticamente explosivo» por la influencia en el país de grupos como Hezbolá, respaldado por Irán y enemigo declarado de Israel.
Por ello, el Ministerio subrayó que el gas natural solo llegará a través de Egipto por Jordania y Siria, según recogió la agencia de noticias Bloomberg. El líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, anunció en agosto que Irán estaba enviando combustible a Líbano para ayudar a aliviar la crisis.
Líbano está padeciendo la peor crisis financiera de su historia, con una moneda que ha perdido alrededor del 90 por ciento de su valor, los ahorros de los ciudadanos están atrapados en los bancos y la mano de obra calificada emigra en masa. La grave escasez de combustible ha provocado cortes de energía y esperas de horas en las estaciones de servicio.