MIAMI (AP) — Guatemala ha contratado por 900.000 dólares a un importante aliado del expresidente Donald Trump para buscar influencia ante las autoridades estadounidenses, en un inusual contrato de cabildeo pagado por su aliado Taiwán, según registros oficiales.
Ballad Partners se inscribió el 13 de enero como agente extranjero ante el Departamento de Justicia de Estados Unidos, según nuevos documentos publicados el fin de semana. El contrato, con fecha del 12 de enero, fue firmado por Alfonso Quiñónez, embajador de Guatemala ante Estados Unidos, y Brian Ballard, presidente de la firma de cabildeo del mismo nombre y aliado de Trump desde hace años.
No estaba claro cómo contratar a Ballard, que trabajó para Trump como cabildero en Florida años antes de que el empresario se presentara a las elecciones presidenciales, ayudaría al presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, a acercarse al gobierno demócrata del actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que ha expresado en varias ocasiones su preocupación por la corrupción en el país centroamericano.
El Departamento de Estado de Estados Unidos criticó el domingo al gobierno de Giammattei por tratar de retirar la inmunidad a un juez que ha sido reconocido en Washington por exponer casos de sobornos en Guatemala.
“Esta acción contra un juez independiente con reconocimiento internacional debilita un pilar fundamental de la democracia y el sistema judicial de Guatemala”, dijo el vocero Ned Price en un comunicado.
En su inscripción, Ballard sólo dijo que proporcionará “servicios de defensa y consultoría estratégica” relacionados con la interacción entre Guatemala y el gobierno y las autoridades estadounidenses.
Jutin Sayfie, socio de la oficina de Ballard en Washington, declinó hacer más comentarios. Pero señaló que pedir a Taiwán que asumiera el pago no había sido idea de la firma.
“Es inusual que un gobierno pague las tarifas de cabildeo para otro gobierno”, dijo Robert Kelner, abogado especializado en cumplimiento de leyes de cabildeo extranjero para Covington & Burling. “No es ilegal. Pero plantea una cuestión de si el gobierno que paga también debe ser incluido por la firma de cabildeo como extranjero principal”.
En un comunicado, Guatemala dio las gracias a Taiwán por “el apoyo que nos permite reforzar nuestro posicionamiento en Estados Unidos”. El contrato de un año con Ballard, por el que paga 75.000 dólares al mes, se centrará en comunicación estratégica, contacto con inversionistas y fomento del turismo, añadió.
Guatemala es uno de los apenas 13 países, en su mayoría pequeños y en desarrollo, que tienen relaciones diplomáticas plenas con Taiwán, escindido de la China continental durante la guerra civil de 1949.
En el pasado, Taiwán ha donado flotas de autobuses, equipamiento agrícola y otros obsequios vistosos a sus aliados. Pero no ha podido competir con China, que considera a Taiwán un territorio rebelde y ha trabajado de forma agresiva para aislarlo de la esfera internacional.
Beijing consolidó hace poco sus relaciones diplomáticas con los vecinos de Guatemala Nicaragua y El Salvador. La nueva presidenta de Honduras, Xiomara Castro, también barajó durante la campaña estrechar lazos con Beijing, pero después ha dado marcha atrás.
Giammattei, un conservador que basó su campaña en la seguridad, logró eludir las críticas en Washington y forjar una buena relación con el gobierno de Trump al ceder a la presión de la Casa Blanca y aceptar un acuerdo de asilo negociado por su predecesor al que se había opuesto cuando se presentó a la presidencia en 2019.
Sin embargo, ha tenido problemas para acercarse al gobierno de Biden, que trata de desarticular la estrategia migratoria de Trump y tiene una postura más dura hacia cuestiones de corrupción y estado de derecho en las naciones del llamado Triángulo Norte de Centroamérica.
Biden no invitó a Giammattei a su cumbre de la democracia del año pasado, y la vicepresidenta, Kamala Harris, dijo el pasado junio durante una visita a Guatemala que había tenido una conversación muy franca con el mandatario guatemalteco sobre la importancia de mantener una justicia independiente.
La erosión de la independencia judicial en Guatemala comenzó antes de que Giammatei asumiera el cargo, pero ha continuado durante su mandato.
Ballard gestionará la cuenta junto con dos asociados con contactos en el Partido Republicano: Jose Diaz, un exrepresentante estatal de Florida que es director gerente de la oficina de Ballard en Miami, y Sayfie, que fuera asesor del exgobernador de Florida Jeb Bush y dirigió una comisión de un programa de liderazgo de la Casa Blanca durante el gobierno de Trump. Un tercer asociado que representará a Guatemala, John O’Hanlon, es un demócrata veterano.
Ballard ganó decenas de clientes nacionales e internacionales de cabildeo durante el gobierno de Trump, como Qatar, República Dominicana y Zimbabue, cuando Politico le describió como “El cabildero más poderoso en el Washington de Trump”.
Recientemente ha añadido a su grupo de presión a varios recaudadores demócratas con influencia y nombró director gerente de su oficina en Washington al excongresista Robert Wexler, un demócrata de Florida, para reforzar sus contactos con la Casa Blanca de Biden.
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La periodista de AP Sonia Pérez D. contribuyó a este despacho desde Ciudad de Guatemala.
Joshua Goodman está en Twitter como @APJoshGoodman